1.
¿La tauromaquia
será como se dice un duelo apoteósico entre hombre y el toro, o una lucha desigual
entre la bestia humana y el pobre animal arrojado a la arena?
¿Pero quien
que come bistec, churrasco argentino o sobre-barriga a la criolla, tiene
derecho a opinar sobre tal fenómeno?
2.
Al menos en la plaza, el toro de lidia tiene
el derecho u oportunidad de matar a su enemigo; en cambio, en los camiones, las
pobres vacas se mueren de sed, mientras los transportadores vacían agua en el
radiador o en las carrocerías de sus vehículos; entre tanto, para controlarlas
en su desesperado intento por beber, las someten a tábano, al sacar
sus agrestes lenguas entre los barrotes de madera de las lastimeras y sucias
carrocerías, por llevar algo de líquido a sus deshidratadas bocas.
Lo cierto
es que son más humilladas que el mismo toro detrás del capote…
Una corrida,
máximo, durará dos horas, de las cuales cada toro, peleará unos cuantos minutos
antes de morir o matar a su enemigo.
Las pobres
vacas en cambio, soportan horas enteras entre la salida de la ganadería y la
llegada al matadero.
Final e Igualmente
toros de lidia, bueyes y vacas morirán, los primeros por el fino estoque del matador
y los otros, por el vulgar cuchillo del matarife…
Sin embargo,
como se dijo al principio, a diferencia de los dos últimos, el toro de lidia
tiene la posibilidad de matar, de vengarse de su verdugo, de destruir a su
enemigo; a diferencia de las pobres vacas que no les queda más que seguir inevitablemente su miserable destino.
Ahora bien,
en cuanto a la fiesta brava, lo que yo no comparto es que se mate al toro por
matar al torero, debería de respetársele la vida como ganador del combate que
es y de entregársele las orejas del torero, obviamente, no al toro, pues sería
irracional, pero a sí al público que asiste a tan macabro espectáculo, claro, en
nombre del vencedor del tercio…
3.
En síntesis,
amo la carne asada como a los animales. Volverme vegetariano seguro no lo haré,
me conozco y eso creo…
Sin embargo,
confieso que me gusta la tauromaquia pero sólo cuando el toro mata al torero…
Por otro
lado, creo que ya es hora de que la ingeniería genética produzca carne a partir
de células madres, con ello evitaremos el sufrimiento de los animales, la
continuación de la buena gastronomía y el fin del toreo, pues que razón tendría
la fiesta brava al no tener justificación alguna… si es que alguna vez la ha
tenido…
Félix M. de
Óç.
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