Hermanos de ARKHER
Dios nos bendiga a todos
Dios nos bendiga a todos
Como saben mis queridos amigos, la entropía es energía de destrucción, segundo principio de la termodinámica que implica la reducción de todo sistema ordenado al caos, incremento de desorden en el universo y cuyo fundamento metafísico es el nihil-absolutum u oscuridad en la creación como en el Génesis 1,4 se interpreta: “Después de eso vio Dios que la luz era buena, y efectuó Dios una división entre la luz y la oscuridad”. No obstante, como contraposición a la sombra de la creación, Dios en un principio elaboró la luz o negentropía perfecta como futura culmen de su creación, pues Dios sigue trabajando en ella como el maestro Jesús mismo lo confirma en Juan 5, 17: “...Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando”. E igualmente, Salomón en Eclesiastés 3, 15: “...y el mismo Dios (verdadero) continúa buscando aquello tras lo cual se sigue”. Dicho trabajo se forja en la penumbra de los hombres, en nuestro universo hile-cinético y físico que se está gestando bajo el sol.
Ahora bien, entre tanto la negentropía perfecta (Vida Eterna) fluya de Jesucristo en el día del Señor hacia nosotros sus hijos (“Y en aquel día seguramente dirás: “te daré gracias, oh Dios, porque (aunque) te enojaste conmigo, tu cólera gradualmente se volvió atrás y procediste a consolarme”. Isaías 12, 1). Nosotros estamos en la obligación de hacer el bien y cumplir con el mandamiento de Jesucristo de amarnos unos a otros como a nosotros mismos. El amor humano se convierte en una especie de negentropía no perfecta, pero si suficiente para menguar los efectos de la entropía secular, el mal, la muerte: los Estados en cualquiera de sus manifestaciones políticas y corruptas, la guerra, el terrorismo, la violencia, la economía salvaje y destructiva de los imperios del mundo, el hambre, la miseria, las enfermedades, el aborto, la eutanasia todo instrumento que atente contra la vida y la paz de la humanidad. Jesucristo en Juan 15; 17,19 lo explica en esta forma: “Estas cosas les mando: que se amen unos a otros. Si el mundo los odia, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes. Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia”. Por eso hermanos debemos seguir firmes en Jesucristo. Orar por la humanidad, hacer el bien, pedir perdón por nuestros pecados y sentirnos ya de una vez como partes de la Luz del Padre, del Espíritu Santo, entregarnos a Cristo. Pues recordemos que el mundo secular es un mundo de muerte; mas el Paracleto nuestra salvación y al simple hombre mortal no le queda otra esperanza... “En aquel día ustedes conocerán que yo estoy en unión con mi padre y ustedes están en unión conmigo y yo estoy en unión con ustedes. El que tiene mis mandamientos y los observa, ése es el que me ama. A su vez, el que me ama será amado por mi padre, y yo le ameré y me mostraré a él claramente”. (Juan, 14; 20,21)
Dios nos guarde del mal
Félix M. de Óç.
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