CANTO
VIGÉSIMO OCTAVO
1.
EL JUICIO
El
esperado juicio contra Lucifer y sus ángeles, Shemihaza, Asa'el y los vigilantes del cielo, Jaldabaoz y sus
demonios, Adán, Eva y los humanos se llevó a cabo delante de la Gran Asamblea
de Dios, presidida por el mismo Jehová [1] de los ejércitos, dando como
resultado justicia para los Santos de Dios y castigo para sus adversarios [2].
[1] “Seguí contemplando hasta que se colocaron
tronos y el Anciano de Días se sentó. La ropa de él era blanca justamente como
la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana limpia. Su trono era llamas
de fuego; sus ruedas eran un fuego ardiente.
Había una corriente de fuego que fluía y salía de delante de él. Había
mil millares que seguían ministrándole, y diez mil veces diez mil que seguían
de pie directamente delante de él. El Tribunal tomó asiento, y hubo libros que
se abrieron”. (Daniel)
[2]
“Seguí contemplando cuando aquel mismo
cuerno hizo guerra contra los santos, y prevalecía contra ellos, hasta que vino el Anciano de Días y juicio
mismo se dio a favor de los santos del Supremo, y llegó el tiempo definitivo en
que los santos tomaron posesión del reino mismo”. (Daniel)
2.
Lucifer
y sus ángeles, Shemihaza, Asa'el y los vigilantes
del cielo, fueron hallados culpables y condenados a muerte o lo que es lo
mismo, prisión perpetua para los inmortales [1]. Sus conciencias fueron
arrojadas a un agujero negro donde el campo gravitacional es tan enorme, que
nada puede escapar de él, ni siquiera la luz ni la información de sus conciencias.
Por su parte, los otros reos tuvieron castigos mínimos y algunas prebendas
judiciales [2]. Jaldabaoz y sus demonios, negociaron con la
Gran Asamblea de Dios, su traición a Lucifer. Y después de un tiempo, les fue
concedido poder sobre su creación ahora prisión para inmortales, razón por la
cual, al quinto infierno, jurisdicción de Belías, fueron arrojados Lucifer y sus ángeles, Shemihaza, Asa'el y los vigilantes del cielo. En tanto, que Adán,
Eva y los humanos, quedaron bajo su competencia como castigo [3], con la
condición de poder ser liberados o comprados por Jehová después de un determinado
tiempo, no obstante, la voluntad de los mismos. De allí, las tentaciones de Satanás
a los hombres, para retenerlos en el mundo con mentiras.
[1]
“Seguí contemplando en aquel tiempo
debido al sonido de las palabras grandiosas que el cuerno estaba hablando;
seguí contemplando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo fue destruido y
fue dado al fuego ardiente”. (Daniel)
[2] “Pero en cuanto a las demás bestias, sus
gobernaciones fueron quitadas, y hubo un alargamiento de vida que se les dio
por un tiempo y sazón”. (Daniel)
[3]
“Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿De
dónde vienes?”. Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “De discurrir por
la tierra y de andar por ella”. Y Jehová
pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay
ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal?”. Ante esto, Satanás
contestó a Jehová y dijo: “¿Ha temido Job a Dios por nada? ¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor
de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el
derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido
en la tierra. Pero, para variar,
sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, [y ve] si no te maldice en
tu misma cara”. Por consiguiente, Jehová
dijo a Satanás: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él
mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de
Jehová”. (Job)
2.
El Eón Lucifer hijo del dragón y padre del hijo
del dragón, ascendientes y descendientes de los dragones, que con su furia y
maldad hicieron temblar el cielo y la tierra de los vivientes; por fin, han
sucumbido ante el poder de Jehová de los ejércitos y sus almas han sido
reducidas a escombros.
Sus
conciencias han sido arrojadas al quinto infierno de Belías, donde morarán por
siempre alejados de Dios y recordando a cada instante su transgresión contra el
Altísimo.
Lucifer
y sus ángeles han muerto…
“…
‘En cuanto a la cuarta bestia, hay un cuarto reino que llegará a existir en la
tierra, que será diferente de todos los [demás] reinos; y devorará toda la tierra
y la hollará y triturará. Y en cuanto a
los diez cuernos, de ese reino hay diez reyes que se levantarán; y hasta otro
se levantará después de ellos, y él mismo será diferente de los primeros, y a tres
reyes humillará. Y hablará hasta
palabras contra el Altísimo, y hostigará continuamente a los santos mismos del
Supremo. Y tendrá intención de cambiar tiempos y ley, y ellos serán dados en su
mano por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo. Y el Tribunal mismo
procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para
aniquilar[lo] y destruir[lo] totalmente”. (Daniel)
3.
La
Gran Asamblea de Dios, destinaría a juicio bajo jurisdicción propia a los doscientos
vigilantes del cielo, nombraría a Enoc, como ejecutor de la pena y a Belías como
carcelero.
“En
esta visión vi en mi sueño lo que digo ahora con la lengua de carne, con el
aliento de mi boca, que el Grande ha dado a los humanos para que hablen con
ella y para que comprendan en el corazón. Así como Dios ha creado y destinado a
los hijos de los hombres para que entiendan las palabras de conocimiento, así
me ha creado, hecho y destinado a mí para que reprenda a los Vigilantes, a los
hijos del cielo. Porque ha sido decretada la sentencia para encadenarlos en las
prisiones de la tierra por toda la eternidad”.
(Libro de Enoc)
Jehová
encomendó a Enoc:
"Enoc,
escriba de justicia, ve a los Vigilantes del cielo que han abandonado las
alturas del cielo, el eterno lugar santo y que se han contaminado con las
mujeres haciendo como hacen los hijos de los hombres, y han tomado mujeres y
han forjado una gran obra de corrupción sobre la tierra, y hazles saber que no
habrá para ellos paz ni redención de su pecado. "Y así como gozaron a
causa de sus hijos ellos verán la muerte de sus bien amados y llorarán por la
pérdida de sus hijos y suplicarán eternamente, pero no habrá para ellos
misericordia ni paz". (Libro de Enoc)
Jehová
dijo a Miguel:
“…ve
y anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron con mujeres y se
contaminaron con ellas en su impureza, ¡que sus hijos perecerán y ellos verán la
destrucción de sus queridos! Encadénalos durante setenta generaciones en los
valles de la tierra hasta el gran día de su juicio. (Libro
de Enoc)
“Y
además, el Señor le dijo a Rafael: "Encadena a 'Asa'el de pies y manos,
arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en
él; bota sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo
allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del Juicio que sea
arrojado al fuego”. (Libro de Enoc)
Félix
M. de Óç.
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