CANTO
OCTAVO
1.
“El cuarto reino eterno ha
sido instalado para la cuarta estrella, Eleleth. Estos tres reinos están
también allí: Perfección, Paz y Sofía”. (Libro
secreto de Juan)
En
este último reino se gestó el levantamiento contra los Santos de Dios…
Las
cuatro bestias se preparaban para la gran confrontación cósmica, que pronto
estallaría en la tierra de los vivientes…
La
primera bestia [1] corresponde a la
humanidad a los hijos de Adán y Eva una vez creados y potencializados a
semidioses y después de la caída y reducidos a miserables hombres…
[1]
“La primera era como un león, y tenía las
alas de un águila. Seguí contemplando hasta que sus alas fueron arrancadas, y
fue alzada de la tierra y se le hizo pararse sobre dos pies justamente como un
hombre, y se le dio el corazón de un hombre”. (Daniel)
La segunda bestia [2] representa a Jaldabaoz Saclas
Samael el oscuro y a su séquito de idiotas…
[2] “Y, ¡pues vea!, otra bestia, una segunda, y
esta era como un oso. Y de un lado estaba levantada, y había tres costillas en
su boca entre sus dientes; y esto era lo que le decían: ‘Levántate, come mucha
carne’. (Daniel)
La tercera bestia [3] hace referencia a los Egrégores
y a los ángeles, cuyos jefes de legión son: Shemihaza, Miguel, Gabriel y Rafael…
[3] “Después
de esto seguí contemplando, y, ¡pues vea!, otra [bestia], una como un leopardo,
pero tenía cuatro alas de una criatura voladora en la espalda. Y la bestia
tenía cuatro cabezas, y se le dio gobernación en realidad”. (Daniel)
Y finalmente Lucifer, la cuarta bestia [4], el
cerebro de toda la conspiración, la mente siniestra que maquinó el levantamiento
contra los Santos de Dios…
¡El demonio que hizo temblar los cielos…!
[4] “Después
de esto seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, una
cuarta bestia, espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte. Y tenía
dientes de hierro, grandes. Estaba devorando y triturando, y lo que quedaba lo
estaba pisoteando con sus pies. Y era una cosa diferente de todas las [otras] bestias
que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos. Seguí considerando los cuernos, y, ¡mire!,
otro cuerno, uno pequeño, salió entre ellos, y hubo tres de los primeros
cuernos que fueron arrancados de delante de él. Y, ¡mire!, había ojos como los
ojos de un hombre en este cuerno, y había una boca que estaba hablando cosas
grandiosas”. (Daniel)
Félix M. de Óç.
Imagen de internet
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