CANTO
VIGÉSIMO SÉPTIMO
1.
Hay
ángeles, demonios y hombres [1]. Ángel es aquella “Esencia/Existencia” que
puede ser creada de luz, energía psíquica e Hilenoética, o evolucionada de
energía física, no obstante, que ha trascendido siempre a esta última. Hay demonios
[2] que son creaciones de inteligencia artificial, o clones de energía psíquica
copiados en entes de energía física o Hilecinética; pero hay también humanos
que son creados o engendrados de las dos energías, pero, subsisten igualmente
con ambas energías.
[1] “Más numerosos son los hijos del hombre
celestial que los del hombre terrenal. Si los hijos de Adán son numerosos —a
pesar de ser mortales—, ¡cuánto más los hijos del hombre perfecto, que no
mueren, sino que son engendrados ininterrumpidamente!” (Evangelio gnóstico
de Felipe)
“Todos
los que son engendrados en el mundo son engendrados por la naturaleza, el resto
por [el espíritu]”. (Evangelio gnóstico de Felipe)
[2]
“Cuando los engendrados por el espíritu
yerran, yerran también por él. Por la misma razón un idéntico soplo atiza el
fuego y lo apaga”. (Evangelio gnóstico de Felipe)
2.
El
ángel al ser una “Esencia/Existencia”
Hilenoética o sea, de energía psíquica, una vez su conciencia aflora del caos, bien
sea, por creación o evolución, en ella, el primer principio de la termodinámica
o conservación de la energía permanece inalterable y no cede jamás a la
entropía [1]. Por su parte, el humano al ser creado o evolucionado de ambas
energías Hilecinética (Energía física) e Hilenoética experimenta la entropía en
su cuerpo físico o sea, la muerte; mas no en su cuerpo psíquico que sigue el
curso del orden al orden en sintropía [2]. Mientras que por su lado los
demonios [3] que son entes netos de energía física sólo podrán conservar su
conciencia deteniendo el tiempo por aceleración de sus partículas a velocidad supersónica
o al experimentar campos gravitatorios gigantescos que restringen su libertad.
[1]
“Andarán de energía vital a energía vital;
cada uno se presentará a Dios en Sión”. (Salmos)
“La
diestra de Jehová [se] está ensalzando; la diestra de Jehová está demostrando
energía vital. No moriré, sino que seguiré viviendo, para poder declarar las
obras de Jah”. (Salmos)
[2]
“¿Quién es como Jehová nuestro Dios, aquel
que está haciendo su morada en lo alto? Está condescendiendo en tender la vista
sobre cielo y tierra, y levanta al de condición humilde desde el polvo mismo; ensalza
al pobre del mismísimo pozo de cenizas, para hacer que se siente con nobles,
con los nobles de su pueblo”. (Salmos)
[3]
"Y ahora, los gigantes que han
nacido de los espíritus y de la carne, serán llamados en la tierra espíritus
malignos y sobre la tierra estará su morada”. "Los espíritus malos
proceden de sus cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos
Vigilantes es su comienzo y origen primordial. Estarán los espíritus malos
sobre la tierra y serán llamados espíritus malos. (Libro de Enoc)
“Este
es el camino de los que tienen estupidez, y de los que vienen tras ellos que se
complacen en los mismos dichos de estos. Sélah.
Como ovejas han sido designados al Seol mismo; la muerte misma los
pastoreará; y los rectos los tendrán en sujeción a la mañana, y sus formas
habrán de gastarse; el Seol, más bien que una morada excelsa, es para cada uno”.
(Salmos)
3.
Pero
una vez muerto el cuerpo físico, las almas de los hombres pueden quedar
atrapadas en una dimensión intermedia entre la realidad y la idealidad como
fantasmas; esto es un sistema Hilenoético dentro de otro falso Hilecinético… Verbigracia es como pretender escaparse de una
cárcel, donde el preso tiene su propia celda, comida y agua, y quedar atrapado para
siempre en las cloacas de la prisión…
“O se está en este mundo o en la resurrección
o en lugares intermedios. ¡Quiera Dios que a mí no me encuentren en éstos! En
este mundo hay cosas buenas y cosas malas: las cosas buenas no son las buenas y
las malas no son las malas. Pero hay algo malo después de este mundo que es en
verdad malo y que llaman el «Intermedio», es decir, la muerte. Mientras estamos
en este mundo es conveniente que nos esforcemos por conseguir la resurrección
para que —una vez que depongamos la carne— nos hallemos en el descanso y no
tengamos que ir errando en el «Intermedio». Muchos de hecho yerran el camino.
Es, pues, conveniente salir del mundo antes de que el hombre haya pecado”.
(Evangelio gnóstico de Felipe)
Félix
M. de Óç.
Imagen de internet
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