jueves, 30 de septiembre de 2010

LA APOSTASÍA





LA APOSTASÍA, LA CAIDA Y EL PECADO



“Y estalló guerra en cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón, y el Dragón y sus Ángeles combatieron. Pero éste no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo”. (Revelación 12, 7-8)

“En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar. Toda piedra preciosa fue tu cobertura, rubí, topacio y jaspe; crisólito, ónice y jade; zafiro, turquesa y esmeralda; y de oro era la hechura de tus engastes y tus encajaduras en ti. El día que fuiste creado fueron alistadas. Tú eres el querubín ungido que cubre, y yo te he colocado. En la montaña santa de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas. Fuiste exento de tacha en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti. [...] Y yo te pondré como profano fuera de la montaña de Dios, y te destruiré, oh querubín que cubre, de en medio de las piedras de fuego. [...] A la tierra ciertamente te lanzaré. Delante de reyes ciertamente te colocaré, [para que ellos] te miren.”(Ezequiel 28; 13, 14, 16 y17).

Como afirma Douglas Bookman[1], el gran evento de la caída por causa de la rebelión Angélica no se describe directamente en la biblia; sin embargo, si es revelada en distintos episodios de alta inspiración, como por ejemplo en Ezequiel 28, Isaías 14, 12-14, Revelación 12, 7-9 entre otros. Además, dicho autor también específica que muchos investigadores han concluido que tales episodios no concuerdan con la realidad histórica a la cual se referían los profetas al momento de lanzar sus predicciones. Pues declaran éstos hallar inconsistencias exegéticas al respecto de tales profecías. Sin embargo, como el mismo autor señala, las profecías trascienden la realidad histórica humana y encuentran su verdadera consistencia en una lucha de tipo espiritual. (Es más, la Biblia debe interpretarse bajo poder de inspiración de manera holística, en una entrega total a Dios... como un todo en la parte y la parte en el todo... llenos de Espíritu Santo y no secular e históricamente. Pues debe haber en el hombre revelación para hablar como profetas y entendimiento revelado, para interpretar como sacerdotes. Doxásticamente[2] o como Doxa de fe es como debemos leer la biblia. “El que tenga oídos que oiga”).

“En este punto surge un problema de carácter exegético. De hecho, en ambos casos la memoria de la rebelión de Lucifer se introduce de manera abrupta dentro del contexto que nada tiene que ver con Satanás por lo que muchos investigadores han concluido que estos pasajes no se refieren a la rebelión de Lucifer y ponen el acento en el hecho de que la atención es enfocada exclusivamente contra los hombres que gobernaban esas naciones paganas... Sin embargo es necesario entender, que Isaías y Ezequiel, mas allá de acusar a los reyes humanos por sus crímenes, querían referirse al grande prototipo del mal y la rebelión, esto es, Satanás”. Es más, añadiría yo que no solamente se refieren al prototipo mismo del mal, sino al propio espíritu de Satanás o Lucifer... en persona, príncipe de este mundo, que nos ha manejado a hombres y mujeres como títeres a su antojo, cuando ha logrado alejarnos de Dios; esto es hacernos caer en pecado. “entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no resplandezca a través de ellos”. (2 Corintios 4, 4).

Ahora bien, recordemos que Satanás o Lucifer no fue solamente arrojado a la tierra, sino que además arrastró con él a la tercera parte de los ángeles del cielo que le acompañaron en su rebelión contra Jehová. Esto es un claro indicio de toda una legión de demonios en el mundo de los hombres y no simplemente una alusión al concepto de un mal impersonal en la tierra. Ahora bien, según Isaías 14 su caída se debió a su tremenda soberbia de quererse ubicar por encima de las estrellas de Dios y hacerse como Él. Al respecto en Isaías se escribe: “¡Oh como has caído del cielo, tú el resplandeciente, hijo del alba! ¡Cómo has sido cortado a tierra, tú que estabas incapacitando a las naciones! En cuanto a ti has dicho en tu corazón: A los cielos subiré. Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las nubes; me haré parecer al altísimo”. Sin embargo, tal atrevimiento lo redujo al mundo de los hombres, al peor lugar del universo... Co-creación humana que será su cárcel por tiempo indefinido, además de ser su imperio secular, pero por tiempo de poca duración. “Pues sus sepulturas han sido puestas en las partes más interiores de un hoyo, y su congregación resulta estar alrededor de su sepulcro, todos ellos muertos violentamente, caídos a espada, porque habían causado terror en la tierra de los vivientes”. (Ezequiel 32, 23).

De alguna manera, al hombre se le revelado la caída; ahora bien, sobre el porqué del comportamiento (en el corazón) de Satanás ante Dios, solamente él y Dios lo sabrán. Sin embargo, el hombre entiende de tal apostasía. Tanto así, que sabemos del odio de Lucifer hacia nosotros, de sus malas intenciones por mantenernos cautivos hasta el fin del sistema. El sabe que Dios no ama y sin embargo, busca que nos alejemos de Él, embaucándonos en ilusiones mundanas de falso poder, prestigio y lujuria. Nos crea ídolos que nos aturden en el mundo y nos distancian de la espiritualidad. Ha creado toda una parafernalia de instituciones, no humanas y nos ha hecho matricularnos en ellas, como si fuésemos extensión de las mismas. La familia[3], el Estado, las Religiones, el Progreso... todo constructo racional impersonal nos aleja del amor a hacia Dios, hacia el prójimo y hacía nosotros mismos, por muy aparente “buena voluntad” que tengan los constructos. “Para Kierkegaard: el pecado no consiste solo en hacer cosas malas, sino en anteponer las cosas buenas por encima de Dios”[4] .

A guisa de síntesis podemos decir: que la caída antecedió a la creación, que con el Dragón el mal, el pecado y la muerte entran en el alma del hombre; que el hombre es creador de su mundo, pero Satanás es quien lo gobierna, que estamos como rehenes, atrapados en él... y que lo único que puede liberarnos de su yugo es el poder de Dios. Ahora bien, algunos teólogos han concluido: que si bien Dios hizo todo perfecto en su creación; Éste siempre habrá de respetar su palabra... y en su promesa estaba incluido el libre albedrio de sus creaturas. De allí que el mal entró al mundo por Satanás y no por Dios. “Y Jehová pasó a decirle a Satanás: ¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? [...] Por consiguiente, Jehová le dijo a Satanás: ¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues tu mano! De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová.” (Job 1, 8, 12). Ahora bien, Yo personalmente me sostengo: ¡Qué si mi Dios Jehová Verdadero, todo poderoso, creador del cielo y de la tierra... en todo su esplendor de poder absoluto y gran gloria... consciente de lo que hace... siempre y por siempre estará por encima del bien y del mal, o sea de la ley moral en la tierra de los hombres; y sin embargo, jamás abandonará a su creación a su suerte! Por eso, Tan sólo será menester humano tratar de comprender algunos de sus misterios, siempre y cuando nos sean revelados. “Las cosas ocultas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las cosas reveladas pertenecen a nosotros y a nuestros hijos hasta tiempo indefinido, para que llevemos a cabo todas las palabras de esta ley”. (Deuteronomio 29, 29).

Félix M. de Óç.

[1] El origen y la caída de Satanás por Douglas Bookman traducción por: Past. Samuel Daniele.

[2] “El término griego doxa, es traducido comúnmente por “opinión”. Fue usado en sentido filosófico ya por Parménides al presentar y, según la mayor parte de comentaristas, contrastar la doctrina de la opinión, en cuanto apariencia, ilusión o engaño con la de la verdad”. Sin embargo, “los términos dóxico y doxástico -especialmente el último- son empleados en investigaciones de epistemología de la creencia y lógica de la creencia”. Diccionario de Filosofía J. Ferrater Mora. Sin embargo, en este caso la doxástica no debe entenderse como simple opinión, ni como una lógica de la creencia; sino como voluntad de opinión, o sea de entrega a la verdad revelada. En otras palabras, el poder conferido por Dios a sus creaturas vivas para interpretar lo revelado, en la entrega total a Dios. En la escogencia de la luz y en la misericordia de Dios.
[3] Ver Marcos 3; 33, 34, 35. Entiéndase que no es el apartarse del prójimo y menos aún de nuestros padres y hermanos verdaderos y vivientes; sino de aquella institución artificial que hoy en día se hace denominar el núcleo de la sociedad liberal: la familia... como podría hacerse extensivo este concepto a Nación, Imperio, Estado, República, Reino Secular, etc.
[4] En defensa de Dios. Timothy Keller.

(La imagen fue tomada de internet).

martes, 21 de septiembre de 2010

CAUSAS Y EFECTOS DE LA LEY MORAL




CAUSAS Y EFECTOS DE LA LEY MORAL


Hermanas y hermanos en la Luz de Dios. En Isaías 40, Jehová nos habla a través de su siervo-profeta y nos dice: “¿No saben ustedes? ¿No oyen? ¿No se les ha informado desde el principio? ¿No han aplicado entendimiento desde los fundamentos de la tierra? Hay uno que mora por encima del círculo de la tierra, los moradores de la cual son como saltamontes, Aquel que está extendiendo los cielos justamente como una gasa fina, que los despliega como una tienda en la cual morar, Aquel que está reduciendo a los funcionarios encumbrados a la nada, que ha hecho a los mismísimos jueces de la tierra como una simple irrealidad”. Pues bien, como se ha venido diciendo: el proceso dialéctico o desarrollo de la ley moral en el universo, implica la liberación de nuestras almas auténticas (Yo, Tú, Él, cada Uno por su verdadero nombre) por Jesucristo en el Espíritu de Dios. O sea, la síntesis del Hijo glorificado en el Padre. Lo cual conlleva además al Juicio final de la antítesis o sumisión de la apostasía en el abandono. Para nosotros el perdón de los pecados. Para el apostata el olvido en la irrealidad, en la nada absoluta, en la muerte, en su propio infierno.
En cuanto a esto último: el mundo conceptual o virtual del hombre fue creado más bien como una cárcel para demonios, que para humanos... Pues para nosotros Dios nos creó el Jardín del Edén en el origen, la Nueva Jerusalén en la síntesis (“...una tienda en la cual morar”) nuestro verdadero lugar en el Espíritu del Padre, el origen[1]. Por lo tanto, nuestra redención significa libertad, el llamado de Dios a los hombres: “Levanten sus ojos a lo alto y vean ¿Quién a creado estas cosas? Es aquel que está sacando el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, él también siendo vigoroso en poder, ninguna [de ellas] falta”.

Ahora bien, según la teoría de sistemas, un conjunto cerrado es aquel que no puede intercambiar energía a través de su frontera con el ambiente, generando gradualmente incremento de entropía en el sistema y finalmente colapsando en el caos. A diferencia de uno abierto, que absorbe energía del ambiente a través de su frontera y anula prácticamente los efectos de la entropía; en otras palabras, conserva el orden interno del sistema[2]. Desde un punto de vista “físico-religioso” el mundo virtual del hombre sería un conjunto cerrado destinado al caos o muerte térmica final; no así, su sistema corporal o somático, que visto desde la óptica de una Matesis especulativa[3] implicaría el lado organizado del universo físico, que bien podríamos reducir esencialmente junto con este a la famosa ecuación de Einstein (E=m.c2)[4]; pero dividida especulativamente en sus dos partes así: (m.c2) o sea, a materia en movimiento (El-Nihil-Absolutum-en-el-Hile-cronotopo...), que es reivindicado por el Alma (E) o energía (...implica-la-Hile-cinética), en su glorificación del mismo por ella a través de Jesucristo en el Espíritu de Dios (La-Hile-cinética-en-Cristo-por-Dios-en-Él). En otras palabras, que cada uno de nuestros sistemas energéticos serán liberados en el Espíritu de Dios como dioses y rescatados del mundo como simples mortales. (El-Nihil-Absolutum-en-el-Hile-cronotopo-implica-la-Hile-cinética-en-el-mundo;-no-obstante-liberada,-La-Hile-cinética,-como-hijo-del-hombre,-alma-autentica-se-implica-en-Cristo-en-el-Espíritu-de-Dios-por-Dios-en-Él)[5] lo anterior, desde un punto de vista físico, quiere decir que nuestros cuerpos y almas se edificarían como sistemas abiertos, entre tanto desde la fe recibirían energía del Espíritu Santo. Un milagro para los creyentes, un absurdo para los que prefieren morir en el Big-crunch de la física humana, del “racional” y “empírico” sistema epistemológico, agnóstico y ateo de Satanás.

Recordemos hermanos que Dios nos da la fuerza de ascensión espiritual y energética para llegar al cielo; no en vano en Isaías 40, 29 y 31 lo refiere así en voz del profeta: “Está dándole poder al cansado; y al que se halla sin energía dinámica hace que abunde en plena potencia. [...] Pero los que están esperando en Jehová recobraran el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán”. Entre tanto en el capítulo 41 en los versículos 1-4, vuelve y nos corrobora la dirección de la tesis, el por qué y para qué de la venida de Cristo, el juicio al apostata[6] y la síntesis final que en Juan capitulo 16 se concreta: “Atiendan a mí en silencio, oh islas; y recobren el poder los grupos nacionales mismos. Que se aproximen. Que hablen en aquel tiempo. Acerquémonos juntos para el juicio mismo. ¿Quién a suscitado [a alguien] desde el naciente? ¿[Quién] procedió en justicia a llamarlo a sus pies, para dar delante de él las naciones, y para hacerlo ir sojuzgando aun a reyes? ¿[Quién] siguió dándolos como polvo a su espada, de manera que han sido ahuyentados de acá para allá como simple rastrojo con su arco? ¿[Quién] siguió yendo tras ellos, siguió pasando adelante pacíficamente a pie por la senda [por la cual] no procedió a venir? ¿Quién ha estado activo y ha hecho [esto], llamando a las generaciones desde el comienzo? Yo Jehová, el primero; y con los últimos soy lo mismo”.


Hermanos míos, de lo anterior podemos deducir las tres causas de la ley moral y sus respectivos efectos en el universo. Primero: la apostasía que fue la rebelión de Satanás en el cielo y su terrible efecto en nosotros: el pecado; segundo: la creación del mundo conceptual del hombre en la tierra, que implica el libre albedrio humano y como consecuencia la muerte; y tercero: el mundo como reino material y a su vez, prisión del apostata. Cuya implantación justifica la restauración en Dios (volver las cosas a su estado original, pero dialécticamente perfeccionadas). Estudiaremos cada causa y efecto respectivamente.



Félix M. de Óç.

[1] Dios en su Espíritu Santo lo ha creado todo... su poder de creación es infinito e ilimitado. Pues recordemos que nuestro Dios es personal, personalísimo, auténtico, viviente, verdadero, de allí que el tenga un nombre que sólo el conoce... nosotros le llamamos Dios (“Yahveh (en hebreo יהוה, YHWH) y sus variantes conjeturales Yahweh, Yahvé, Yavé, Iehová, Jehovah y Jehová se refieren al nombre del Dios de la Biblia”. Wikipedia.org) y Alá en el Coram islámico.
[2] “Si entre el sistema y su entorno existe un intercambio de masa y energía a través de la frontera, se tendrá el llamado sistema abierto. En el caso de que el único intercambio sea de energía térmica, se tiene un sistema cerrado”. Biblioteca Familiar MARVIC.
[3] Matesis: “Esta extraña geometría filosófica, en la que es evidente la influencia del pitagorismo, ha sido llamada matesis especulativa. Sus figuras no sirven para demostrar nada, no son instrumentos útiles para el desarrollo de ningún teorema científico; son imágenes simbólicas que ejemplifican nociones trascendentales imposibles de expresar de otro modo; figuras para contemplar (interiorizar) y extraer así el oculto mensaje místico”. (Atlas Universal de Filosofía OCEANO).
[4] Que quede bien en claro hermanos, que yo no estoy diciendo que la ecuación de Einstein sea algo inútil, todo lo contrario, significa demasiado para la física. Lo que pasa es que yo, de manera unilateral he realizado sobre ella una interpretación de carácter matésica y no matemática.

[5] Descripción filosófica del proceso de la ley moral en el universo, que hemos venido desarrollando en el transcurso de la cartilla.
[6] La antítesis: el juicio a Satanás y sus demonios.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA RESURRECCIÓN SUPERA EL ETERNO RETORNO



LA RESURRECIÓN SUPERA EL ETERNO RETORNO DE NIETZSCHE

“Ahora bien hay variedades de dones, pero hay el mismo espíritu; y hay variedades de ministerios, y sin embargo hay el mismo Señor; y hay variedades de operaciones, y sin embargo es el mismo Dios que ejecuta todas las operaciones en todos. Pero la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso.” (Primera de Corintios 12, 4-7). Me he remitido al apóstol Pablo como fortaleza para iniciar este escrito; no sin antes suplicar al Espíritu Santo, ilumine mi camino en este humilde ensayo y sea mi guía en cada palabra que pueda escribir en el. Que sea de provecho para el que lo lea y no un engaño, que sirva de algo en la búsqueda sincera de la Luz Espiritual y de la Vida Eterna. Gracias Dios mío, por permitirle a una de tus creaturas escribir estas sencillísimas palabras. Que sean un sincero homenaje a nuestro Señor Jesucristo y a la Resurrección que establece la espiritualización de la carne.
Hermanos Arkheistas, en alguna oportunidad les escribí acerca de la idea de la vida eterna, basado en el primer principio de la termodinámica o conservación de la energía, que metafísicamente he creído, encuentra su fundamento en el ser de la substancia inmanente, o sea en el hile-cronotopo (materia espacio temporal en reposo absoluto o simbólicamente en Zeus existencial)[1]. Sin embargo, hermanos, tal aseveración es incompleta y más aún es falsa; porque aquella disertación implicaba el desarrollo de tal concepto pero a la óptica de una visión física y metafísica de la misma; en otras palabras, explicada a la luz de un sistema “secular”, sin considerar la realidad ontológica del Espíritu Santo. Ahora bien hermanos míos, desarrollar esta idea bajo inspiración divina, me obliga a ver a Jesucristo y escuchar su mensaje de redención como centro de gravedad en todo el proceso cósmico de la creación, lo cual cambia de plano toda aseveración anterior.
Según la teoría del Big-Bang o gran explosión, el universo físico tuvo un origen, un punto alfa que sugiere que la energía / la materia, el espacio y el tiempo se hallaban condensados en una singularidad cósmica[2] de altísima temperatura que una vez explotó inició un proceso gradual de enfriamiento y una consecuente evolución en el tiempo... no obstante, cual sistema termodinámico que es, tendrá un final caótico como su origen, debido a la segunda ley termodinámica o entropía[3]. Comenta Antonio Vélez al respecto de la entropía en la evolución: “la corrupción de la energía es un precio obligado por el derecho a evolucionar. De ahí que el orden creciente almacenado en cada organismo se vea compensado por un desorden, también creciente en el medio ambiente”[4]. Y esto también puede hacerse extensivo al universo, lo cual implica que el mundo físico tendrá un final inevitable, una dirección en el tiempo encaminada a su destrucción, el punto omega de la creación. Pero además una esperanza de vida eterna para el creyente en Cristo y en la resurrección de nuestros cuerpos y almas. “Y el que estaba sentado sobre el trono dijo: ¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas [...] Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin.” (Revelación 21, 5-6).
Ahora bien, Según mi humilde entender de las cosas, creo firmemente que el fundamento metafísico de la entropía es el nihil-absolutum, o sea la nada absoluta que simbólicamente la he denominado el Hades in-existencial... en otras palabras, la muerte del mundo en el mundo. En el nuevo testamento el apóstol Juan la describe como uno de los cuatro jinetes apocalípticos o al menos parte de su séquito: “Y vi, y, ¡miren! Un caballo pálido; y el que iba sentado sobre él, tenía el nombre muerte. Y el Hades venía siguiéndolo de cerca...”[5]. Pero entre el transcurrir del origen del universo y su muerte térmica, subsiste un devenir semejante a un océano de energía, discontinua y susceptible de cambio... que obedece a un código fundamental que sienta las bases de su funcionamiento desde el principio mismo de su creación. Obedece a una ley de causa y efecto concomitante emanada del propio Dios. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Ahora bien, la tierra resultó sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de la profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios estaba moviéndose de un lado a otro sobre la superficie de la aguas.”(Génesis 1, 1-2). A este tejido existencial he denominado simbólicamente Poseidón fenoménico o devenir en que evoluciona el universo. De alguna manera sostengamos: que el primer principio termodinámico hace referencia a la existencia positiva de las cosas en el universo, independientemente de su antítesis: la negatividad absoluta, que derruye la existencia a una mera transformación de las cosas relativamente existentes en el orbe, incluido el cosmos mismo degenerándolo a caos; ahora bien, de la interrelación de ambas se desprende la idea del devenir del mundo como resultado causal de dicha relación. Es bueno anotar que al hablar de existencia nos referimos al aspecto secular de la creación, en otras palabras a la creación de la tierra según el génesis[6] no así del cielo o substancia trascendente en el paracleto de Dios. “Lo que ha nacido de la carne, carne es y lo que ha nacido del espíritu, espíritu es.” (Juan 3, 6).

Así las cosas, lo que es hecho de carne no puede evadir su destino final en un proceso de muerte inevitable. Y sin embargo a Nietzsche esto no le importaba demasiado, pues creía en el eterno retorno del universo; y así lo describe en “Así hablaba Zaratustra”: “Ahora me muero y extingo y al instante seré una nada. Las almas son tan mortales como los cuerpos. Mas retorna el nudo de causas del que estoy prendido; ¡este nudo me volverá a crear! Yo mismo figuro entre las causas del eterno retorno. Retornaré junto con este sol, esta tierra, esta águila y esta serpiente -no a una nueva vida, no a mejor vida ni a otra vida parecida a ésta; - retornaré eternamente a esta misma vida, en lo más grande y también en lo más insignificante, para que enseñe de nuevo el eterno retorno de todas las cosas; - para que diga de nuevo la palabra del Gran Mediodía de la tierra y del hombre; para que anuncie de nuevo el superhombre a los hombres. He dicho mi palabra y sucumbo a mi palabra - así lo quiere mi eterno destino...”.
Ahora bien, la posibilidad de que el eterno retorno sea algo cierto, dependerá físicamente de que el universo colapse en un poderoso Big-Crunch, o sea, que se reduzca su masa a una singularidad cósmica, su temperatura se incremente y de nuevo comience el proceso de creación universal con otra gran explosión. Otro Big-Bang, pero en un ciclo interminable de explosiones e implosiones del universo: creaciones y destrucciones del mismo; no obstante, violando el segundo principio termodinámico, o sea, que los efectos precedan a las causas y que la gran explosión obedezca idénticamente a los códigos originales de la misma, debido a la obligatoria retrotracción en el tiempo y eso sin contar con la incertidumbre[7] de la física cuántica en la singularidad del universo. En su libro La Historia del Tiempo, el físico ingles, S. Hawking, escribió sobre la direccionalidad del tiempo en cuanto al Big-Crunch y dijo al respecto que sería imposible suprimir la entropía en tal proceso evolutivo; y sin embargo, aun cuando en un comienzo lo creyó asequible, más adelante admitiría su error: “Al principio, yo creí que el desorden disminuiría cuando el universo se colapsase de nuevo. Pensaba que el universo tenía que retornar a un estado suave y ordenado cuando se hiciese pequeño otra vez. Ello significaría que la fase contractiva sería como la inversión temporal de la fase expansiva”. Sin embargo, “me di cuenta de que había cometido un error: la condición de que no haya frontera implicaba que el desorden continuaría de hecho aumentando durante la contracción.” En otras palabras, que el universo seguiría estando condenado al caos, y su retroceso en el tiempo sería imposible, como para volver a reagruparse en un código original, que dé las bases perfectas de un mundo idéntico como el del cual se contrajo. Se abre entonces la posibilidad y con ella, la probabilidad de que el mundo se combine de infinitas formas en el origen. Las causas y efectos prácticamente nunca más volverán a ser los mismos. Pues en la singularidad: “Dios juega a los dados con la creación”, y ¿qué acaso Dios todo poderoso, no puede hacer lo que a bien le plazca con sus cosas?
Ahora bien, supongamos que el universo colapsase violando la ley de entropía y el principio de incertidumbre en la singularidad ¿Qué pasaría con aquellos comprados con la sangre de Cristo que al igual que su Maestro siguen con Él su camino al Padre? “Salí del Padre y he venido al mundo. Además, dejo el mundo y sigo mi camino al Padre.”(Juan 16, 28). ¿Qué acaso la substracción de energía al universo físico no afectaría de manera incuestionable y más radicalmente el resultado del código inicial en la singularidad cósmica? En otras palabras, lo rescatado del orden físico y conservado en orden espiritual, negaría totalmente la posibilidad de un código repetible en el origen del mundo y todo cuanto evolucionara de él jamás volvería a hacer como al principio, en el otro tiempo original, aun cuando se contrajera. En consecuencia, por cuestiones de causa y efecto Nietzsche nunca más volvería a existir. Si acaso, retornaría en otro ser bien diferente del que antes era, eso si, condenado a sufrir la muerte eterna de nacer y morir en un círculo vicioso y absurdo de un universo físico, propiedad de Satanás ¡Que peor infierno que ese! Mejor sería dejar de existir para siempre... “[...] Porque los gusanos mismos [que están] sobre ellos no morirán y su fuego mismo no se extinguirá, y tendrán que llegar a ser algo repulsivo para toda carne.” (Isaías 66,24). ¡El que tenga oídos que oiga!
(En Juan 8, 23, 44 y 51) Jesús habla a los hombres de su reino espiritual al cual los no creyentes jamás tendrán acceso, además les advierte de que el mundo físico y lugar de muerte eterna no es suyo, sino del Diablo; y que su verdadero Reino está en el cielo y solo quien escucha su palabra y deposita fe en ella tendrá vida eterna: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo [...] Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque el es mentiroso y el padre de la mentira [...] Muy verdaderamente les digo: si alguien observa mi palabra, no verá la muerte nunca”. Hermanos míos, el ateísmo nos mata el espíritu, pues nos enreda con mentiras que niegan la palabra de Jesús. Recordemos que a Satanás sólo le interesa nuestra muerte y no nuestra vida, menos aquella que es eterna. Él quiere para nosotros la oscuridad, que le acompañemos para siempre en el abismo de fuego. Por eso no nos dejemos embaucar por la palabra fraudulenta, busquemos la Luz de Dios en Jesucristo. Dios no está muerto como dice Nietzsche... porque Dios es Dios de vivos y no de muertos. “Pero el que los muertos son levantados aun moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob. Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.” (Lucas 20, 37-38). Porque Dios persigue para nosotros la Inmortalidad y no la muerte y menos todavía una absurda secuencia de vida y muerte en el reino de Satanás. Él quiere que seamos dioses con Él (“En aquel día ustedes conocerán que yo estoy en unión con mi Padre y ustedes están en unión conmigo y yo estoy en unión con ustedes[8]) Por eso no nos defraudemos a nosotros mismos, busquemos a Jesús y acompañémosle cual seres auténticos, verdaderamente existenciales, únicos y socialmente aferrados a Dios en un proceso de incorrupción y evolución espiritual hacia nuestra Vida Eterna, en Dios por Dios y para Dios.
En conclusión hermanos, por encima de teorías físicas y filosóficas está la Fe, y ésta nos dice a través de la oración[9] y de las sagradas escrituras, que así como hubo un principio habrá un final de todo cuanto implica el universo físico. Salvo para aquellos que crean en la resurrección. Aquellas entidades psicofísicas serán rescatadas de este ambiente demoniaco y elevadas a cuerpos gloriosos y gozarán la felicidad de vivir eternamente cerca del trono de Dios y de Jesucristo, a su diestra. “En unión con Él ustedes, también, están siendo edificados juntamente para [ser] lugar donde habite Dios por espíritu.” (Efesios 2, 22).
Félix M. de Óç.



[1] Consultar http://www.arkher.blogspot.com/
[2] En el instante del Big-Bang, cuando toda la materia y energía estabán condensados en un punto, se desconoce que leyes físicas prevalecían. Arrugas en el tiempo. George Smoot y Keay Davidson.
[3] Entropía: magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema.
[4] Del Big-Bang al homo sapiens. Antonio Véllez.
[5] Ver Revelación 6, 8
[6] Ver génesis 1, 1.
[7] “Principio de incertidumbre o de indeterminación. Principio formulado por Heisenberg según el cual no podemos conocer con exactitud y simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula. Cuanto mayor es la precisión con que conocemos una, menor es la precisión con que podemos conocer la otra.”El universo en una cáscara de nuez. Stephen Hawkin.
[8] Juan,14, 20
[9] Pues la oración nos contacta directamente con Dios.

JURISDICCIÓN DE LA LEY MORAL



JURISDICCION DE LA LEY MORAL EN EL SISTEMA DE COSAS...


Una dialéctica de salvación “Esto es lo que ha dicho Jehová: Los cielos son mi trono, y la tierra es el escabel de mis pies...” (Isaías 66,1).


Hermanos en la Luz. Como pueden ver en el gráfico, el cuadrado simboliza una pequeñísima parte del enorme poder de Dios donde se cumple su ley moral desde el origen del universo, una especie de jurisdicción dialéctica en el sistema de cosas; pues Dios creó los cielos y la tierra[1] e hizo de estos su trono y de aquella el escabel de sus pies. E igualmente estableció su poder entre los hombres dividiendo en su creación la luz de la oscuridad: separando el bien del mal... “Y procedió Dios a decir: llegue haber luz. Después de eso vio Dios que la luz era buena, y efectuó Dios una división entre la luz y la oscuridad.” (Génesis 1, 3-4). Ahora bien, Jehová compartió, comparte y compartirá con Jesucristo, su Primogénito Hijo, el Reino de los Cielos (fruto de la Gran Renovación) para establecer con Él a su diestra, su trono del Bien en la Luz de su Espíritu... “Y la ciudad no tiene necesidad de que el sol ni la luna resplandezcan sobre ella, porque la gloria de Dios la alumbró, y su lámpara era el cordero. Y las naciones andarán por medio de su luz, y los reyes de la tierra traerán a ella su gloria. Y sus puertas absolutamente no se cerrarán de día, pues allí no existirá noche.”(Revelación 21, 22-25); sin embargo, también consignó que la tierra debiera ser cárcel del Apostata maldito, que se sublevó contra Dios y por lo tanto fue arrojado a ella (universo físico) con la tercera parte de los ángeles rebeldes. Por medio de éste entro en el mundo del hombre el mal y el pecado. “Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron. Pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” (Revelación 12, 7-9).


Observemos entonces que se ya se habla de la creación humana y con ella del mundo conceptual del hombre. No obstante, en la tierra se deja en claro la existencia del alma humana insuflada del aliento divino que acerca al hombre con el Espíritu Inmortal de Dios; pero además, del cuerpo físico hecho del barro universal... determinado a la muerte[2] “Y procedió Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. (Génesis 2, 7). Así las cosas, con el ser pensante nace la cultura o dimensión conceptual del hombre... aparece el mundo y con este el pecado que implica su distanciamiento de Dios (la tentación y la desobediencia): “Y también le impuso Jehová Dios este mandato al hombre: [...] pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque el día que comas de él positivamente morirás[3]... y sin embargo, “ante esto la serpiente le dijo a la mujer: positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo[4]”. Por consiguiente, La luz y la oscuridad se abren ante los ojos del hombre, el libre albedrío derruye al ser humano en un torrente de circunstancias que no entiende... Por un lado existe en el hombre una naturaleza divina insuflada de Dios que implica fe y sometimiento, además de su Gracia, Vida Eterna y libertad; por el otro su propio mundo, ahora cohabitado y gobernado por el diablo, la mentira, el mal y la muerte y por ende la esclavitud y la tiranía. Al pobre humano no le queda otra cosa que escoger a quien debe obedecer de ahora en adelante: o bien al Hijo de Dios como Alma Viviente en el Espíritu Santo o a Satanás en el mundo de muerte del Leviatán de los hombres. Satanás ha sugestionado al hombre a tal punto de obligarlo a fabricar ídolos de mentira, ideologías falsas adversas a Dios y a Jesucristo, a crear toda una parafernalia de universales que subsumen al ser auténtico en una supuesta objetividad de puros embustes... El Leviatán con sus engaños hipnotiza la mente humana, separa al hombre de sí mismo y a la mujer de sí misma y a todos los hombres y mujeres que pueda de la realidad Subjetiva y Personalísima de Dios. “Los formadores de la imagen tallada son todos ellos una irrealidad, y sus predilectas mismas no serán de ningún provecho; y como sus testigos ellas no ven nada ni saben nada, a fin de que se avergüencen. [...] Ellos no han llegado a saber, ni entienden, porque sus ojos han sido embadurnados para que no vean, su corazón para que no tenga perspicacia.” (Isaías 44; 9,18). Pero Dios en su infinito amor nos envió una esperanza: “He suscitado [a alguien] desde el norte, y él vendrá. Desde el nacimiento del sol el invocará mi nombre. Y vendrá sobre los gobernantes diputados como [si fueran] de barro y tal como un alfarero que holla el material húmedo.” (Isaías 41,25). El suscitado es el Hijo del Hombre que viene a desenmascarar al sistema, a corregir las cosas desde la Luz, a destruir imágenes y edificar un nuevo mundo espiritual en la tierra.


¡Oh hermanos míos en la Luz! Desde el comienzo el homicida ha sido siempre mentiroso... Nos ha hecho creer que el mundo contiene al cuerpo prisionero, este pobre al alma y el alma al espíritu de Dios al final... Pero en realidad hermanos míos: ¡Es en el Espíritu de Dios que se liberan nuestras almas, en su aliento se glorifica el cuerpo; y no obstante el polvo será cárcel de la vana influencia del apostata infernal[5]! El hombre ha creado su propio mundo, pero no lo gobierna; pues en él se han aposentado como gobernantes supremos Satanás y sus ángeles, como parásitos infernales dictan leyes injustas al oído del hombre. Nuestra misión hermanos, es la de no escucharlos más... ellos son el pecado, la mentira, el mal y la muerte. Por eso busquemos nuestra salvación en Cristo, en la Luz de Dios. En otras palabras hermanos: Sometámonos a la voluntad de nuestro Padre Celestial, esa será nuestra mayor libertad; pues porque creernos libres en el mundo sólo nos hace más esclavos del maligno.


Ahora bien mis amigos, escuchad, pues la libertad en Dios encierra una gran y dulce paradoja: Pues el esclavo de Dios lleva libertad en sus cadenas, Gracia de Dios; pues sus cadenas le redimen por Jesucristo de la esclavitud de su libertad al hombre en el mundo o sea del pecado original y escatológico, condena de Dios por el Diablo acusador. “Ahora han acontecido la salvación y el poder del reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios”. (Revelación 7, 10). Entre tanto, concomitantemente se perfecciona en Dios una ley moral... pues según esta ley dialécticamente diríamos: Que si Jesucristo es la tesis de Dios, su antítesis será Satanás, o sea el diablo; en consecuencia la síntesis será el Hijo del Hombre, que con su muerte y resurrección, implica su glorificación en Cristo: al Hijo de Dios y en su Gracia subsume el pecado del hombre y redime a la humanidad del mundo en el juicio final y por consiguiente, libera al hombre en Espíritu Santo... que en realidad viene a nosotros pues nosotros difícilmente podríamos ir a Él. “No obstante, les digo la verdad: es para provecho de ustedes que yo me voy. Porque sino me voy, el ayudante de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, se lo enviaré a ustedes. Y cuando ése llegue dará al mundo evidencia convincente respecto al pecado y respecto a la justicia y respecto al juicio; en primer lugar respecto al pecado, porque ellos no están ejerciendo fe en mí; luego respecto a la justicia, porque voy al padre y ustedes no me contemplarán más; luego respecto al juicio, porque el gobernante de este mundo ha sido juzgado. [...] Salí del Padre y he venido al mundo. Además, dejo el mundo y sigo mi camino al Padre. [...] Les he dicho estas cosas para que por medio de mí tengan paz. En el mundo tendrán tribulación, pero ¡cobren ánimo! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16, 7-11,28, 33). En conclusión hermanos, nuestra real misión en la tierra es hacer uso correcto de la facultad de elección. O sea, o dejamos yacer nuestra alma esclavizada en el cuerpo o glorificamos el cuerpo a través de nuestra alma liberada en Dios. Pues si el pecado consiste en el alejamiento del Padre y por consiguiente, en la muerte del hombre en el mundo; la Gracia significaría entonces: el regreso a Dios y por ende, la Resurrección del Hombre en su Espíritu. La glorificación de Dios en la tierra y de su Hijo y de sus Hermanos en Cristo: “[...] Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti. [...] Yo te he glorificado sobre la tierra, habiendo terminado la obra que me has dado que hiciese. Así es que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes de que el mundo fuese [...] Además yo les he dado la gloria que tu me diste, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno.” (Juan 17; 1, 4, 5, 22). Entre tanto, debemos esperar el fin de este sistema de cosas y engaños, y esperar con fe y con cruz a cuestas, la llegada del Hijo del Hombre por segunda vez a la tierra. A una nueva tierra: a la otra nueva perspectiva de Luz, Amor y Fe, donde no existe la mentira y el reino de Poseidón fenoménico se haya secado: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Delante de él huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos... Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe.” (Revelación 21, 1).


Félix M. de Óç. [1] Los cielos simbolizan aquella substancia trascendental que va más allá del universo físico o substancia inmanente, ésta a su vez, es simbolizada por la tierra y el mundo. Además existen otras moradas de Dios de las cuales sólo tenemos una mera reseña... Pues Dios en su infinita grandeza a creado muchos más universos. [2] “Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3, 19) [3] Génesis 2, 17. En este pasaje bíblico: Dios le advierte tácitamente al hombre de que el inicuo está en la tierra y de que es responsabilidad suya creerle o no, ser mortal o inmortal; en otras palabras, que a consecuencia del libre albedrio (Poder de decisión), a razón de ser el hombre creado a imagen y semejanza suya, prescrito está a escoger entre el bien y el mal. Lo cual obliga a Dios a salvarlo del mal. Pues de lo contrario, el hombre en su flaqueza, estaría inevitablemente condenando a la muerte. [4] Génesis 3, 4-5. En este pasaje bíblico podemos observar que Satanás sabía que el hombre era inmortal por naturaleza (Dios no es Dios de muertos sino de vivos) y por lo tanto también sabía que de la única forma que podría matarle era engañándolo, provocando su alejamiento de Dios... o sea, generándole una muerte en vida, encerrándolo en su propia aflicción. Hipnotizándolo en el mundo. [5] Obsérvese y estúdiese el gráfico.