sábado, 9 de julio de 2016

ODA A LA NUEVA GNOSIS 43

ADÁN


1.
Adán es la primera bestia mencionada en el libro de Daniel…
Fue creado como arma de guerra con todo el poder destructivo de la humanidad en sí mismo [1]…
Mas, antes de la caída fue ser de luz e idealidad, hecho a imagen y semejanza del Pigeradamas [2]…
No obstante, para dar enorme poder al demiurgo fue causa de dolor y conflicto
(Pacto entre el hombre y la bestia) [3]…
Sucumbió al pecado al pretender tomarse el cielo por asalto.
(Quiso ser Dios a la fuerza)
Pero perdió la guerra ante los Santos del Supremo, razón por la cual fue reducido a humanidad a un número finito pero enorme de personas [4]…
Su primer desgarramiento fue Eva [5]; de ella nació Set y su simiente: la humanidad siempre confusa y atrapada en el infierno conceptual del hombre: el Estado, la muerte [6]…
El caído quedó bajo el poder de Samael, quien violó a Eva para dar descendencia al Dragón… Eva fue violada por Samael y nacieron de ella: Caín-Satanás y sus otros hijos (Los Grises, especie hibrida entre Hombres y Sauroides o Dragones) [7]…

2.
Ahora bien, antes de caer Adán, Cristo ya era, y cuando el primer hombre se derruyó a las regiones bajas del infierno y de él, emanaron sus hijos a causa del pecado de destrucción contra los santos y contra ellos [8] 
El Hijo del Hombre se abnegó por sus hermanos y por medio del Vástago producido por sí mismo, los hombres hallaron paz y redención [9]…

Por lo tanto, Jesucristo es hijo humano de Set; pero también su creador y salvador, en cuanto su luz aportó en la creación de Adán, cuando el oscuro sopló el aliento de vida a través de Sofía su madre, sin darse cuenta de que con ello, la luz de Dios surgiría de entre sus sombras como gnosis para bien de la humanidad [10]…
Con su muerte y resurrección Jesucristo rescató al hombre de su tumba secular [11]…

Fundamento teológico

[1] “Y quité el primer sello y vi y observé al Ángel del Aire. Y de sus labios fluía  el aliento de vida. Y El se inclinó sobre la Tierra y le dio al hombre los  vientos de la sabiduría. Y el hombre respiró; y cuando exhaló, el espacio se  oscureció y los aromas se volvieron hediondos y fétidos y nubes de maldad  aparecieron sobre la Tierra. Y giré mi rostro con vergüenza. Y quité el segundo sello y vi y observé al ángel del Agua. Y de sus labios fluía  la Luz de la Vida y El se inclinó sobre la Tierra y le dio al hombre un océano  de amor. Y el hombre entró a las aguas claras y relucientes. Y cuando tocó el  agua, las corrientes claras se opacaron y las aguas de cristal se volvieron  turbias y con lama. Y los peces agonizaban en la oscuridad inmunda y todas las  criaturas murieron de sed. Y giré mi rostro con vergüenza. Y quité el tercer sello y vi y observé al Ángel del Sol y de sus labios fluía la  Luz de la Vida y El se inclinó sobre la Tierra y le dio al hombre el fuego del  poder. Y la fortaleza del sol penetró en el corazón del hombre y este tomó el  poder e hizo con él un falso sol y, he aquí, que él espació los rayos de la  destrucción, quemando los bosques, acabando con los valles de verdor, dejando  sólo los huesos carbonizados de sus hermanos. Y giré mi rostro con vergüenza. Y quité el cuarto sello y vi y observé al Ángel del Regocijo y de sus labios  fluía la música de la Vida, y El se inclinó sobre la Tierra y le dio al hombre  el canto de paz. Y la Paz y el Regocijo, como la música, fluían a través del  espíritu del hombre. Pero el hombre oyó únicamente la estridencia de la tristeza  y el descontento y levantó su espada y cortó las manos de los pacificadores y la  levantó una y otra vez y cortó las cabezas de los cantores. Y giré mi rostro con  vergüenza. Y quité el quinto sello y vi y observé al ángel de la Vida, y de sus labios  fluía la Alianza Santa entre Dios y el hombre y El se inclinó sobre la Tierra y  le dio al hombre el don de la creación. Y el hombre creó una segadora de hierro  con forma de serpiente y la cosecha que recogió, fue de hambre y muerte. Y giré  mi rostro con vergüenza. Y quité el sexto sello y vi y observé al Ángel de la Tierra y de sus labios  fluían el río de la vida eterna y El se inclinó sobre la Tierra y le dio al  hombre el secreto de la eternidad y le dijo al hombre que abriera sus ojos y  guardara los misterios del Árbol de la Vida en el Mar Eterno. Pero el hombre  levantó su mano y sacó sus propios ojos y dijo que no había eternidad. Y giré mi  rostro con vergüenza. Y quité el séptimo sello y vi y observé al Ángel de la Madre Terrenal y El me  envió con Ella un mensaje de luz flameante del Padre Celestial. Y este mensaje  era para los oídos del hombre que estaba solo, el que camina entre el cielo y la  tierra. Y en el oído del hombre estaba susurrando el mensaje. Y no oía. Mas yo  giré mis rostro con vergüenza. ¡Mirad!, extendí mi mano hacia las alas del ángel y dirigí mi voz al cielo  diciendo: Dime el mensaje; para que pueda comer del fruto del Árbol de la Vida  que crece en el Mar de la Eternidad. Y el Ángel me miró con gran tristeza y hubo  silencio en el cielo. Y entonces oí una voz, que era como el sonido de una  trompeta, diciendo: Oh hombre, ¿quisieras tu mirar la maldad que has hecho,  cuando volteaste tu rostro del trono de Dios, cuando no hiciste uso de los dones  de los siete ángeles de la Madre Terrenal y de los siete ángeles del Padre  Celestial?” (Libro de la Revelación de los Esenios)
[2] “Y el espíritu del hombre es la llama que fluye entre la luz de las estrellas y la lámpara resplandeciente; un punto de Luz santa entre el Cielo y la Tierra”. (Libro de la Revelación de los Esenios)
[3] “«Jaldabaoz les dijo a las autoridades que estaban con él: “Venid, creemos un ser humano a imagen de Dios y con semejanza a nosotros mismos, para que esta imagen humana nos dé luz”.   Crearon un ser como la primera Humanidad perfecta y dijeron: “Llamémosle Adán, para que su nombre nos dé el poder de la luz”. (Libro Secreto de Juan)
[4] “La primera era como un león, y tenía las alas de un águila. Seguí contemplando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue alzada de la tierra y se le hizo pararse sobre dos pies justamente como un hombre, y se le dio el corazón de un hombre”. (Daniel)
[5] “Mientras Eva estaba [dentro de Adán] no existía la muerte, mas cuando se separó [de él] sobrevino la muerte. Cuando ésta retorne y él la acepte, dejará de existir la muerte”…
…“Si la mujer no se hubiera separado del hombre, no habría muerto con él. Su separación vino a ser el comienzo de la muerte. Por eso vino Cristo, para anular la separación que existía desde el principio, para unir a ambos y para dar la vida a aquellos que habían muerto en la separación y unirlos de nuevo.” (Evangelio de Felipe)
[6] “O se está en este mundo o en la resurrección o en lugares intermedios. ¡Quiera Dios que a mí no me encuentren en éstos! En este mundo hay cosas buenas y cosas malas: las cosas buenas no son las buenas y las malas no son las malas. Pero hay algo malo después de este mundo que es en verdad malo y que llaman el «Intermedio», es decir, la muerte. Mientras estamos en este mundo es conveniente que nos esforcemos por conseguir la resurrección para que —una vez que depongamos la carne— nos hallemos en el descanso y no tengamos que ir errando en el «Intermedio». Muchos de hecho yerran el camino. Es, pues, conveniente salir del mundo antes de que el hombre haya pecado”. (Evangelio de Felipe)
[7] “Primero hubo adulterio y luego (vino) el asesino engendrado de adulterio, pues era el hijo de la serpiente. Por ello vino a ser homicida como su padre y mató a su hermano. Ahora bien, toda relación sexual entre seres no semejantes entre sí es adulterio”. (Evangelio de Felipe)
 
[8] “Y El dijo: El hombre ha creado estos poderes de  destrucción. El los ha creado con su propia mente. El se ha distanciado de los  ángeles del Padre Celestial y de la Madre Terrenal y ha moldeado su propia  destrucción…” (Libro de la Revelación de los Esenios)
[9] “Y una luz flameante fluyó como un río de sus manos y respondió: Siempre hay una  esperanza, oh tú para quien el cielo y la Tierra fueron creados…
…Y entonces el ángel que estaba sobre el mar y la Tierra levantó su mano al cielo y juró por el que vive para siempre, por siempre, quien creó el cielo y las  cosas que están en él y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más; pero en los días de la voz del séptimo ángel, cuando El comience a tocar, el misterio de Dios deberá ser revelado a aquellos que hayan comido del Árbol de la Vida, que está por siempre en el Mar eterno…
…Y vi el holocausto en el que se sumergía la Tierra y la gran destrucción que ahogaría a todos los habitantes en océanos de sangre y vi también la eternidad del hombre y el perdón infinito del Todopoderoso…
…Las almas de los hombres eran como páginas blancas en el libro, siempre listas para que una nueva canción fuera escrita…” (Libro de la Revelación de los Esenios)
[10] “«Ellos dijeron a Jaldabaoz: “Insufla un poco de tu espíritu en la cara de Adán, y entonces el cuerpo se levantará”… 
…«El insufló su espíritu en Adán. El espíritu es el poder de su Madre, más él no se dio cuenta de esto, porque vive en la ignorancia…
…Así el poder de la Madre salió de Jaldabaoz y entró en el cuerpo psíquico que había sido hecho como el Uno que es desde el principio…
…«El cuerpo se movió, y se hizo poderoso. Y fue iluminado…”.  (Libro Secreto de Juan)  
[11] “Y vi abrirse los cielos y observé un caballo blanco y el que lo montaba era  llamado Fiel y Verdadero y con justicia El juzgaba. Sus ojos eran como una llama de fuego y sobre su cabeza había muchas coronas y estaba envuelto en una luz  resplandeciente y sus pies estaban desnudos. Y su nombre era la Palabra de Dios.  Y la Hermandad Santa le siguió en caballos blancos, vestidos en lino fino,  blanco y puro y ellos entraban al edén infinito, en cuya mitad está el Árbol de la Vida”. (Libro de la Revelación de los Esenios)


Félix M. de Óç. 



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