viernes, 23 de septiembre de 2016

EGO


Ego

Solo, como un árbol en la mitad del mundo.
Preso de la noche y de las sombras…
 En medio de un no sé…
Con categoría de bosque errabundo.

Oigo una canción a lo lejos como latido de perro en la distancia…
Se turba mi esperanza de soledad absoluta; luego, se apacigua, pues todo está quieto como rueda de batán abandonada, en el desierto de arenas constreñidas, teñidas de azul y rojo del antiguo avatar inclemente…   
 
A veces siento el pináculo de la tragedia entrelazarse con las raíces más ocultas de la desnuda incertidumbre… y que todo ello me pertenece… ser…

¡Ah!

¿Pero, quién soy yo, para creerme lo más vilipendiado de las cosas?

Siempre quise decir desde mi esencia algo así como el silencio, propagándose al vacío cual ondas gravitatorias de energía oscura…
Sentirme como la nada en su plena libertad de desarrollo y apogeo…
Ávido de confusión…

Sin embargo, algo en mí, conspiraba contra el torque del desprecio…

Era el ruido que azuzaba como viento cósmico…
 Vaticinando la elocuencia de unas palabras vagabundas, perdidas como olas en un océano de fonemas ininteligibles, que nadie podía escuchar ni entender más que yo…

Palabras reproducidas en el mismísimo gramófono del tiempo, donde se fueron mis años de juventud oyendo la música prohibida de libertad y aguacero…

Es algo que me dice: ¡Yo Soy!




Félix M. de Óç. 



Imagen de internet

CAMPO DE CONCIENCIA



CAMPO DE CONCIENCIA

1.

He visto Branas como cortinas de energía que chocan creando mundos paralelos…

2.

Busco entre los anaqueles cósmicos de la vida, el libro que narra la historia del tiempo y el lugar de la materia que ocupa en el espacio…
Es el  punto de quiebre en que se bifurca, el cuerpo psíquico del físico, donde ha colapsado la función de onda…
Pero también el de contacto, entre los dedos rústicos del hiperespacio que como agua hirviendo se evapora.
Y el receptáculo del tiempo, que a razón de su naturaleza cuántica, transmuta en conciencia y emoción la idealidad…
El campo psíquico de mónadas…   
Y así, como la cuarta dimensión que afecta cual hechos, las cosas y los fenómenos físicos…
 Incluido el seso mismo de los hombres…
Las tres dimensiones espaciales más las otras siete de adición…
Que en el tiempo cuántico dan forma: a las ideas sin menoscabo a la razón que predomina, la imaginación que libera,  la intuición que corrobora, el sueño que da descanso y a la memoria que sustenta el ser…    
El espacio y el tiempo cohabitan y dan sentido a la materia…
Todo es energía…
Mas, en el tiempo: “la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”…
Y aunque en la realidad de las cosas predomine la entropía…
El alma fluye desde su libre albedrio como mar abierto, como viento en popa…
Por ende, La existencia es tiempo, la esencia, el ser que en él evoluciona…
En el continuo presente del árbol de la vida y del libro eterno  donde se encuentran las respuestas…


3.


La evolución transita desde el Big-Bang en el hiperespacio, pasando por la materia en construcción hasta el ADN de la vida, en una evolución biológica paralela, sin perjuicio al gran desgarramiento cósmico, al tiempo cuántico, en que se desarrolla la conciencia, desde la cultura del ser social, cruzando la individualidad del ser, hasta el espíritu que trasciende lo infinito…  

4.

He visto siete universos paralelos girando en torno a la conciencia…




Félix M. de Óç.




Imagen de Internet