martes, 17 de diciembre de 2013

POEMA GNÓSTICO: EL LOGOS/SER Y LA EVOLUCIÓN

el ser y la evolución material, biológica, cultural y espiritual

En el principio de la creación era el caos… suspendido potencialmente en las aguas inexistentes de la Nada Absoluta, vientre materno del Todo infinito e infinitesimal, como un intermitente espermatozoide entre la nulidad y la existencia como el gato de Schrödinger pero entre las paredes ubérrimas de la madre oscuridad…

Luego; el Gran Observador se miró así mismo y fue el colapso de función de onda… en sus entrañas.

Día primero:
El ser cuántico resplandeció como luz en la oscuridad, una gran explosión cósmica despuntó el día de la existencia…
Era el Big-Bang y con éste la puesta en marcha de la evolución de la materia.

Día segundo:
La expansión del universo nunca se detuvo, fue una flecha direccional e histórica,  lanzada desde un arco paradójico.
Las cuatro fuerzas de la naturaleza se desataron como lluvia inmensa y prolífica; para luego, como una mano asir a los quarks y dar vida a átomos de hidrógeno y a soles…
Calderas nucleares que antecedieron al carbono cuando murieron las estrellas y nacieron los aminoácidos y posteriormente el ácido desoxirribonucleico…
La vida se extendió en el universo.

Día tercero:
La primera célula viva y la evolución biológica.
Los dinosaurios dominaban la tierra; hasta que la piedra angular de la humanidad aniquiló a esta especie, entonces evolucionaron los mamíferos y el homo sapiens vino a existir por la intervención divina… fue hecho de polvo de estrellas…  para evolucionar como los dioses…

   Día cuarto:
Desde una roca tallada dispuesta a cazar o asesinar al enemigo; hasta la manipulación de la energía nuclear en plantas para iluminar ciudades o destruirlo todo mediante una bomba atómica.
Ángeles y Demonios en continuo Armagedón.
 Infierno conceptual del hombre.  
Ser conceptual: Pensamiento/Obra.

Día quinto:
Voluntad-de-poder/Humanidad, el súper hombre de Nietzsche y la diosa metafísica humanada. Entrelazados de amor celestial, pariendo dioses en el universo y edificando esfinges en el cosmos.

Día sexto:
Samael, veneno de dios, evolución cultural en pleno.
Demonios sociológicos que constriñen la libertad del hombre que esclavizan con la ley.
Los cuatro poderes del Leviatán te visten de vanagloria: poder político, económico, militar y tecnológico. ¡Oh! Ramera infernal. Babilonia la grande.
Ideología/Estado
Interés/Corporación.

Día séptimo:
Spiritum/Deus
Por fin el Ser Absoluto.
La humanidad perfecta de Cristo doblegó a la muerte y resucitó en Espíritu.
La evolución psíquica hizo a los primeros últimos y a los últimos primeros.
Ahora hay libertad y redención, pero sobre todo paz…

 “El lobo y el cordero pastarán juntos, y el león, como el buey, comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, dice el Señor”[1].

Las bodas del cordero han reconciliado a la creación con la conciencia.
Por fin el hijo es heredero del Padre, por fin el padre da su heredad al hijo;  

Pues… “Lo que el padre posee le pertenece al hijo, pero mientras éste es pequeño no se le confía lo que es suyo. Cuando se hace hombre, entonces le da el padre todo lo que posee”[2].

En aquella hora la humanidad habrá  llegado a la adultez y será el momento de observar la creación desde la derecha Padre.     

Félix M. de ÓҪ.




[1] Isaías 65,25
[2] Evangelio de Felipe 37


miércoles, 6 de noviembre de 2013

HISTORIA DE LA BELLA ONDINA Y EL CENTAURO DE ÓÇ.

VERSIÓN 2


En Edén... Más exactamente en la isla de Óç. Al otro lado de los confines cósmicos del universo oscuro del demiurgo Samael. El centauro Félix cantaba sus versos de amor a la hermosa Dayana, princesa ondina de aguas cristalinas y olas etéreas de mar:
_ “¡Oh mi bella amada! Princesa ondina de cabello liso y frio como cascada de hielo. Ven sobre mi espalda a viajar sobre el agrimensor de esta ínsula. Tuya es, como tuyo es mi corazón de poeta. Ven conmigo, amada mía  y lanzaré mi flecha al infinito, para que guie nuestro amor por el eterno sendero de frutas frescas que te ofrezco.  ¡Oh mi bella ondina! Tuyo es mi paraíso de poesía, vergel de fantasía en donde vivimos esta historia de amor  tomados de la mano”.   

Así, cada tarde la bella ondina subía al lomo del centauro y juntos recorrían a plenitud toda la isla de Óç.  Eran felices.

Hasta que un día en las sombras... La vampira Lilith oyó el canto del centauro, cual lejana luminaria musical en la noche. Entonces sintió celos de aquellas amorosas palabras a la ondina. Se llenó de ira y envidia de tanto amor desplegándose como brisa cálida entre el mar, la playa y la arboleda... Se quejó de Dayana ante su esposo el orate Samael para que raptara a la princesa y la arrojara al mundo.

_ “Mirad Samael. Ella es veneno más que princesa de agua y manantiales. Quiere ser la reina de las sombras...  Imponer su poder por encima de ti y arrojarte como escoria del abismo”. Mintió sagazmente  la vampira.

El demonio de tres nombres complació a su consorte. Raptó a la niña y la expulsó al séptimo cielo a la tierra de Yahweh.

Entre tanto, el centauro se enteró de lo que le había ocurrido a su ondina y con gran enojo y coraje. Asió su arco y sus flechas. Y desde la montaña más alta de toda la tierra de Óç. Gritó portentosamente hasta derribar mil árboles. Desafió a duelo al demiurgo opresor... Mas éste ni siquiera le hizo caso.

Entonces el centauro Félix, acongojado, aquejado de un gran dolor y una tenue esperanza, pensó en que hacer para rescatar a su amada del mundo. Pero no le quedaba otra cosa más que lastimar al demonio por la espalda... Y el vate lloroso cantó:

_“¡Oh malvada Lilith! ¿Crees tú qué me has robado el amor? ¿Qué me has alejado de la bella ondina?  Sabed infame, que nunca te saldrás con la tuya. Desde el comienzo has perdido. Pues tú no sabes ni sabrás lo que es amar, porque  siempre has sentido celos, odio y envidia... Además, tu consorte es el rey del desamor, que podrás esperar de él, sino lidia. En cambió yo, guardo a mi niña en espíritu, la llevo perenne en mi pecho. Y aunque mi amada no esté de cuerpo presente pero sí en alma... Desde mi soledad la seguiré amando en el mundo... Pues ella, aunque te duela, siempre vivirá en mi corazón”.         

Al escuchar este canto, la malvada Lilith enfureció como volcán activo que destruye con detrito ardiente a un pueblo blanco. Se le incrementaron los celos y el rencor.  Pues estaba enamorada del poeta y de sus melancólicas  canciones. Entonces, ávida de lujuria y placer. Tomó la forma de la ondina. Se arrojó a los brazos del centauro y le hizo el amor estrepitosamente como una gran explosión de súper nova...

Luego se extendió la noche en el mar, la playa y el bosque... Y el Arkher nació de aquella doble traición.    

¡Al enterarse de todo Samael estalló en ira!

Félix el otrora pacífico poeta, decepcionado y triste, se había enfrascado en la guerra contra los Lapitas y había sido capturado en combate por Teseo. Samael en venganza pagó el rescate del centauro y en castigo por la afrenta de su esposa, lo arrojó al mundo...

Hoy en día el centauro Félix, en otro espacio-tiempo el gran Rey de la isla de Óç., es un simple ser humano: obeso, hipertenso, medio poeta, soñador y enamorado; y la bella ondina Dayana... su noviecita hermosa a la que ama eternamente.



DESMITIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

1.
Se dice que investigar es descubrir o crear conocimiento en cualquier área del saber, partiendo de una pregunta problema; no obstante, siguiendo unos pasos lógicos o concretando una sistematización o desarrollo procesal. Según el Diccionario Enciclopédico de Educación Ediciones CEAC diccionarios: Investigar es aquella “acción de buscar una cosa de forma metódica; o aquella acción que está dirigida a validar hipótesis y a descubrir nuevos conocimientos en el campo de las ciencias, de las artes o de las letras”. Como se puede observar investigar no solamente es jurisdicción de las ciencias naturales y de la modalidad cuantitativa que implica precisión matemática en los resultados de la misma y  ampliación de la barrera de conocimientos; sino que además, también es competencia de las ciencias sociales y de la modalidad cualitativa que implica más allá de una visión lineal del saber otra de carácter diferente en la demostración de la realidad.

“Al hacer esta afirmación, se parte del concepto lineal y reduccionista que considera que sólo en las ciencias naturales se puede investigar, porque se corre la frontera del conocimiento, puesto que se considera que el conocimiento es lineal, se puede acumular y cada nuevo conocimiento parte de lo que ya existe; en las ciencias sociales no se correría la frontera del conocimiento en esta forma lineal; tal es el caso de la historia, la economía, la filosofía, donde cada investigador da una visión diferente de la realidad”[1].

2.
Por otra parte, investigar emana de forma natural en las personas. El sujeto humano desde que nace hasta que muere es curioso de su entorno social y de su adentro psicológico, siempre se está preguntando por el mundo y por sí mismo. Siempre quiere saber algo más. Y ese saber lo difunde a través de la enseñanza. Al respecto comenta Alfonzo Borrero: “La investigación es la madre del conocimiento, ese conocimiento que es el saber, tiende a difundirse a través de la enseñanza. El niño cuando descubre algo se lo enseña a su madre, se lo muestra. Por lo tanto, es un acto natural la relación: Investigar - Aprender (conocer) – Enseñar”[2].  De allí que inculcar la investigación en los estudiantes se convierte más en un estimulo sobre una facultad humana que la implantación de un mero conocimiento como constructo mental. El ser humano es investigador por naturaleza por eso su gran adaptación en el mundo. Investigar es algo que el hombre ha venido haciendo desde siempre.

3.
“El lenguaje de los humanistas no busca lo que es (ontología), sino lo vivo, lo crepitante, lo situado aquí y ahora; es el lenguaje de la poesía: capta el instante, lo fugaz, lo que aparece. El lenguaje tradicional es lógico, el lenguaje humanista metafórico”[3].

¿Por qué no propender por un lenguaje alegórico a la hora de sistematizar o dar nacimiento imaginativo a una investigación ya como obra escrita, considerando que si por algo se caracteriza el humanismo es por la poesía y por la fluidez de su lenguaje?  Para el poeta Blake: “la imaginación no es un estado, es la propia existencia humana”[4].  Y escribir alegóricamente sobre el humanismo es escribir con imaginación; o sea, sobre la existencia del ser humano mismo desde su propia esencia, desde su propia definición, desde su propia capacidad creadora.  Para Alfonzo Borrero  la anterior descripción no es propiamente de un investigador sino por el contrario de un creador artístico, al respecto menciona: “EL Creador Artístico. Propiamente no es un investigador, no obedece a leyes ni a parámetros lógicos, en este caso la síntesis se materializa en la creación artística”.  Sin embargo, el poeta, el artista, el músico no está lejos de ser un investigador sino todo lo contrario, es un investigador que ha roto con esquemas formales pero en la esencia de la investigación, en la substancia, permanece obediente al objetivo de la misma: crear conocimiento. Además por mucha creación y originalidad que existan en una obra siempre se va a partir de algo conocido[5]. Llámese descubrimiento, llámese interpretación, llámese creación artística.   
  
Félix M. de ÓҪ. (Luis Felipe Muriel Palacios)    





[1] http://www.ucp.edu.co/paginas/revista02/la_investigacion.htm

[2] Ibídem
[3] Darío Botero Uribe. Discurso Sobre el Humanismo. ECOE EDICIONES
[4] Citado por Gastón Bachelard. El Aire y los Sueños. Fondo de Cultura Económica México 
[5] Todo autor por muy original que sea siempre se verá influenciado por otros autores. De allí que la influencia artística consista en la huella, en la enseñanza, en el influjo que dejan uno o varios autores en la creación artística de otro. No confundir con el plagio. 

ESTÉTICA Y SER

ESTÉTICA Y SER

En el inicio de su ensayo Enrique Dussel nos plantea un referente histórico, partiendo de la definición etimológica de la palabra: estética, proveniente del griego “aisthesis” que significa sensibilidad; luego, nos habla someramente de la teoría de la sensibilidad surgida en el siglo XVIII a través de Baumgarten (1714-1762. Filósofo y profesor alemán. En su trabajo Reflexiones Filosóficas Acerca de la Poesía 1735, definió estética como la ciencia que trata del conocimiento sensorial). Para después abordar el tema desde los griegos, más concretamente Platón al definir el arte como la “imitación de la idea primigenia”[1]. Vale la pena recordar que para Platón existe un mundo ideal o de las ideas y otro real que es una copia del anterior sino una sombra; por lo tanto, la mimesis o el arte mimético sería una copia de la copia o mejor una sombra de la sombra. Ahora bien, en cuanto al arte subjetivo o presencia de la belleza a través de una forma sensible, en la modernidad se define como “juicio estético”, “vivencia psicológica” o “valor estético”. Esto es lo significa el arte por el arte.

Ahora bien, en cuanto a la visión existencialista del arte y la estética, Dussel nos hace ver al artista desde una visión de observador y creador a la vez. Observador porque el artista se encuentra ante el ente y el mundo, el ente y un cosmos trajinado, hollado, pisoteado y cansón del cual hay que alejarse. Y creador en tanto, que el artista intuye la cosa; o sea, devela lo oculto de las cosas mediante la intuición. Intuir no es lo mismo que razonar, pues razonar es adquirir conocimiento mediático a través de un proceso lógico y racional,  intuir es acceder a la cosa misma inmediatamente, es experimentarla, comprenderla, en este caso comprender el ser de la cosa que es a su vez comprender el espíritu de una época, el ser de una época. “Comprender el ser es, dicho de otro modo, llegar a develar lo oculto. El artista tiene la misión, primeramente, de comprender el ser de todo aquello que habita el mundo. Dicho mundo es necesariamente un mundo cultural e histórico”. Para ello el artista debe alejarse de su mundo para acceder a otro oculto en aquel. Entonces el artista experimenta un estado alterado de conciencia, siente inspiración, entusiasmo que es “ser habitado por los dioses”. Entre tanto el artista intuye antes que la belleza el ser y a partir del ser la belleza trascendental y ontológica. Trascendental en cuanto experimenta el espíritu de una época, un instante socio-cultural e histórico y ontológico porque experimenta el ser en sí de la cosa. De allí que “el ser de las cosas se muestran en su belleza trascendental, en esa belleza ontológica que es perfectamente compatible con lo feo”
   
Ahora bien, una vez el artista devela el ser oculto del ser debe expresar el ser comprendido en la obra. Para ello se vale de la expresión artística que es sintética y pre-conceptual a diferencia de la expresión filosófica que es analítica y conceptual. O sea, que mientras el filósofo se expresa a priori y a través de ideas filosóficas; el artista lo hace a través de la obra de arte que es expresión pre-conceptual, en tanto que el artista experimenta el ser del ente a través de la intuición antes de que la cosa se idealice, por ser el ser ya existencia en la obra. En otras palabras, antes de que el ente sea idea, por obra y gracia del artista, la cosa experimenta el ser; o sea, existencia propia en la obra. “El artista expresa sintética y pre-conceptualmente su comprensión del ser. Es decir, la comprensión se vuelca en la obra inmediatamente, antes de llegar a una ideación o proyecto”.  El artista le da vida a la cosa a través de la comprensión del ser. El ser era la cosa, pero la cosa ya no es el ser. Ahora el ser es ser en sí en la obra. Posee existencia propia y esto es el reconocimiento del espíritu de una época.  Además es arte comprometido. 

Finalmente la obra de arte aun cuando represente algo siempre alude al todo “al mundo en su totalidad, al mundo dentro del cual esa obra significó hacer emerger la verdad o el ser oculto, y ahora develado, del ente”.  Y es profética en tanto deja un fundamento como base para generaciones futuras… “no porque anuncie verdades futuras, sino que al abarcar con su comprensión el fundamento permite a las generaciones futuras edificar sobre dicho basamento”.  Y sin embargo, “la misión histórica, social y profética del arte no ha sido, sino inicialmente, planteada aún”.          

Félix M. de ÓҪ. (Luis Felipe Muriel Palacios)








[1] Todo lo escrito entre comillas es tomado de las conferencias Estética y Ser de Enrique Dussel.


lunes, 14 de enero de 2013

LA OLLA Y EL DUENDE


La olla y el duende

Hace mucho tiempo... Por allá en la década de los ochenta. Cuando una cantidad de acontecimientos fulguraban en la historia de la humanidad, como fuegos artificiales en la noche del mundo... Dos niños, al otro lado del lugar, partieron juntos hacia una gran aventura al oriente de su pequeño pueblo blanco, muy lejos del mar... El objetivo: hallar el tesoro del duende al final del arcoíris, después de una mañana de lluvia inclemente, con sol al final de la borrasca. 

-         Dicen que al final del arcoíris hay una gran olla de oro custodiada por un duende. ¿Tú qué crees Félix?. Preguntó Franklin a su amigo de aventuras.    

-         ¡Ummm!  Pues no sé. Seguramente. Tal vez el viejo Salvador lo sepa, por qué no le preguntamos. Respondió Félix.

-         Sí, vamos.... Dijo Franklin.

Los dos niños llenos de incertidumbre fueron hasta la casa de su amigo, el viejo Salvador. Un ex-policía, medio alcohólico y fumador, que no era tan viejo como aparentaba; no obstante, los vicios lo camuflaban en una senilidad prematura. Además del humo y las borracheras, el veterano de la violencia política era conocido en todo el barrio por decir mentiras, o mejor, por contar historias con algo de poca verdad en sus palabras.

-         Buen día, don Salvador.  Saludaron los niños.

-         Buen día, no. Buena tarde, que ya son más de las doce. Repuso el viejo con su aliento a cerveza y cigarrillo, en un coctel asesino de alcohol y nicotina que se desplazaba por el aire contaminado todo a su alrededor. El viejo notó que los muchachos fruncieron el seño, como de asco, en el momento en que había abierto la boca...

-         Por eso nunca fumen ni beban porque la jeta se les vuelve fétida, como a mí....  Les habló con autoridad el viejo; luego de absorber una gran bocanada de humo y después de tragarse la mitad del vaso de cerveza que había en la mesa.   

-         Don Salvador. ¿Es verdad que al otro lado del arcoíris hay una olla de oro y siempre la custodia un duende? Preguntó Félix.

-         “¡Oh! Si, y es enorme. La olla mide entre dos o tres kilómetros de diámetro, es como un cráter pero lleno de riquezas. En ella hay miles de tesoros, desde el oro de los Nazis, hasta los brazaletes, cetros y coronas de Ramsés y Salomón. También hay euros... dije: euros... ¿por qué dije: euros...? (Se preguntó, extrañado para sí) ¡Dólares muchachos, muchos petrodólares es que hay allí...! ¡Ah! Pero el duende si que es malvado. ¡Je Je Je!... También es verde, como Roberto mi loro y tiene las patas torcidas como la vecina de enfrente y un sombrero enorme como mexicano, como el de Emiliano Zapata y el de este Pedro Infante (Emocionado miraba la carátula de un larga duración que se hallaba en la mesita de la sala)... ¡vaya que si es terrible ese duende! Sí hasta el mismo Tiro fijo le tenía miedo.
  
-         ¡Guau! Exclamó Franklin...

-         ¿Y cuándo estuvo usted allá, don Salvador? Preguntó Félix.  

 
-         Cuando era joven, muchacho... En una ocasión yo salía de permiso después de haber combatido en la república independiente de Quinchía Risaralda, al más temible bandolero de la violencia política en Colombia: ¡El Capitán Venganza! Mis amigos... Recuerdo que me retuvieron contra la pared de una cantina, él y veinte de sus lugartenientes, todos armados de fusil, revólver y machete; yo sólo tenía una granada...  y sin embargo, la aprisioné por la espoleta y le retiré el seguro esperando los disparos y que mi mano se abriera por la fuerza de las heridas de bala y el consecuente desvanecimiento, para luego provocar una gran explosión que derribara a mis enemigos.    
  
-         Si que eres valiente, policía. Me dijo, el bandolero, mirándome a los ojos. No mereces morir... Vete... Que hombres como tú solamente yo y Marulanda  Vélez... No hay más....

-         Así fue que una vez concluida mi misión de inteligencia en las zonas rojas en las riveras del río Cauca; viajé hasta una finca en Nariño, cuando me topé con la bestia de un diamante en la frente. Yo andaba con Orozco, mi fiel perro criollo....

-         ¿Qué acaso era chandoso su perro fiel, Don Salvador? Preguntó burlonamente el pequeño Franklin.

-          ¡Cómo que chandoso, cómo que chandoso! Muchacho tonto. Si mi  fiel Orozco era descendiente directo de los canes guardianes[1] del Señor de Sipán, provenientes del Asia septentrional, que con los primeros hombres, llegaron a América después de cruzar el estrecho de Bering. ¡Cómo que chandoso!

-         Perdone  la imprudencia de Franklin, don Salvador... y por favor síganos contando. Suplicó Félix.   

-         Vale hijo... y como les iba diciendo... Era de noche cuando la luz de mi linterna como claro de luna iluminó su diamante. La bestia se asustó y huyó por el bosque; no obstante, los ladridos de mi perro, yo estaba atemorizado y tal vez mareado por la fuerza del espanto... Llovía a cántaros... Pero que como yo era policía, había llevado una chamarra conmigo y una lona para protegerme del aguacero... Llovió toda la noche, muchachos... Yo me hallaba acurrucado junto a un árbol grande y frondoso, mientras mi perro me daba calor,  yo trataba de dormir y de reponerme del susto....    

En ese mismo instante el viejo Salvador irrumpió en una terrible tos que lo puso cianótico en pocos segundos.

-Don Salvador deje de fumar. Le dijo Félix. Si no lo hace por su salud al menos hágalo por sus pantalones, que están todos quemados por la ceniza.  

- ¡Ah ya cállate chiquillo! Y déjame acabar de contar mi historia, que no tengo todo el día...Exclamó el viejo Salvador, sin dejar de fumar ni beber.

- Bueno allá usted don Salvador.  Lo recriminó Franklin.

- ¡Ah tú también mocoso!  Si no se callan no les cuento nada. Amenazó el viejo un tanto irritado.  

Está bien, Está bien. No se enoje con nosotros,     don Salvador. Se disculparon los niños.   

Una vez recuperado el aliento, el viejo ex-policía, reinició su discurso. Miró alrededor de la sala de su casa, observó los cuadros de publicidad de gaseosas y de equipos de fútbol, se centró en uno en especial y dijo:

-         Verde, verde  como el Deportivo Cali. Así es el duende. Pero más pequeño que el enano Valladares. Pero hace un ruido espantoso como de diez mil tracto-mulas encendidas a la vez. Y sabe magia el sinvergüenza. Pues fue discípulo del Egregor Azael. Usa un gran sombrero, como les dije hace rato; pero por debajo de este esconde un cabello largo, liso y mono, como el de Brigitte Bardot. En ocasiones anda desnudo y en otras usa un vestido de piel de Minotauro; al estilo de los cavernícolas, como los Picapiedra. Dicen que la piel se la regaló Teseo y fue Ariadna la que le coció el ajuar. Lo cierto es que siempre se jacta de ese vestido... bueno, eso dicen...  Lo importante fue que todo ocurrió a la mañana siguiente del aguacero en la finca. Ya había salido el sol y se había formado un enorme arcoíris en el cielo. Yo aún estaba un poco empapado las corvas, pero me acordé del diamante y me fui en busca de él... Caminamos como mulas con mi perro Orozco, hasta que de repente nos topamos con el final del arcoíris y con la gran olla de riquezas. Entonces el duende se abalanzó sobre mi espalda y me arrojó al suelo... Mi perro también se abalanzó sobre el duende y lo alejó de mí, un poco. Fue una lucha encarnizada, los dientes de mi perro brillaban cual espadas, refulgían como metal acerado de damasco, pero finalmente el duende con un acto de birlibirloque inmovilizó a mi cancerbero guardaespaldas. No obstante, yo aproveche la situación y apercollé  al demonio por la nuca...

-         ¡Uy!  Don Salvador ¿Y cómo lo hizo?  Interrogó Franklin.

-         “Con astucia, mi amigo. Que al diablo solo se le vence con astucia. Esta pequeña bestia jamás imaginó que yo llevaba entre mis bolsillos el Santísimo Rosario de María... Y ante aquella señal hasta el más poderoso espanto se inclina. Así fue como lo doblegué y lo azoté con la correa de mis pantalones....

-         ¿Y el duende lloró? Preguntó preocupado Félix. Que yo si lloro cuando mi mamá me castiga

-         ¡Claro que lloró!  Y  Tanto, que me dio lástima, que lo dejé ir. Repuso lleno de orgullo don Salvador.     

-         “¿Y qué hizo con el oro, don Salva...? De ipso facto, preguntó Franklin. 

-         Pues que voy hacer muchacho. Me llevé lo que más pude y me puse una cantina enfrente de la Última Lágrima en Popayán...      ¡Oh que vana competencia! hasta que me quebré de tanto tomarme el aguardiente     y me quedé sin un solo peso como ahora.

-         ¡buuu! Exclamaron al unísono los niños.

-         ¡Ah! Pero así se vive mejor... Dijo el viejo Salvador, mientras se fue de espaldas sobre el sofá y se quedó dormido de la rasca, boquiabierto y roncando como una locomotora vieja...       

Los dos niños salieron de la casa preguntándose sobre si el viejo Salvador habría dejado parte de la riqueza en la olla, tal como lo había dicho... y si tendrían oportunidad de ir por ese resto. Aquellos pequeños aventureros no tenían otra manera de saberlo, más que comprobarlo por sí mismos...  Aprovecharon la oportunidad de un gran arcoíris que se había formado hacia el oriente y partieron. No sin antes llevar a Nerón y la camándula de la abuela del pequeño Félix... Caminaron y caminaron sin detenerse detrás de la ilusión de la olla de oro y bajo la guía lumínica de siete colores del arcoíris...  

-         Vaya que si está lejos el final del arcoíris. Tanto que parece que caminara con nosotros. Profirió Franklin.

-         Incluso más... pues ya me duelen las piernas y Nerón ya no quiere caminar. Dijo Félix.        

-         ¿No será acaso que el arcoíris es infinito? Cuestionó Franklin.     Pues en alguna ocasión, le escuché decir a mi abuelo: que aquel era una promesa de Jehová, para no volver a destruir a los hombres de la tierra. Y Dios siempre hace pactos infinitos ¿No crees Félix?.   

-         Pues seguramente, porque ya no doy más. Respondió el trotamundos cansado. 

El dialogo se fue extendiendo por el camino, hasta que de pronto ante los ojos de los niños una olla blanca se hizo visible. ¡Resplandeció como mármol!
-         “¿Qué es eso?Preguntó asombrado Félix.

-         No sé, parece una olla.   Respondió Franklin.

-         “¿Será la olla del duende?Volvió a preguntar Félix.

-         Pues ha de ser, porque ya no veo el arcoíris. Pero es muy pequeña y hasta está chiltada, es más, se parece a la bacinilla de mi abuelo.   Contestó Franklin.

-         ¡Diablos!  Si que el viejo Salvador no nos dejó nada... se ha llevado todo el oro. Tanto que la olla se ha encogido y hasta de desilusión se ha ido el duende....  Aseveró Félix.   

-         Pero eso si, el aliento si que lo dejó, porque esa olla huele     inmundo Dijo Franklin. Escupiendo en el llano. 

-         ¡Ah! Mejor vámonos a jugar a otro lado...  Dijo Félix.

-         ¡Si!  A guerra de piedras... Porque el viejo Salvador no te dejó nada... Pido el primer lanzamiento.   Gritó  emocionado Franklin...

-         Eh, Pero a ti tampoco... y lo peor es que se llevó todo  el oro de los Nazis, hasta los brazaletes, cetros y coronas de Ramsés y Salomón y todos los dólares y euros... Para malgastarlos en una cantina... Imagínate cuantos dulces y juguetes hubiéramos podido comprar con todo ese dinero...  Y hasta un hermoso balón de fútbol... Profirió Félix.  

-         Dijiste euros... ¿y por qué dijiste euros? Preguntó Franklin.

-         Ah yo no sé... Mejor vámonos que ya se ha hecho tarde.... Respondió un tanto confundido Félix.   

Así fue que los muchachos dieron por terminada su sin igual aventura al oriente de un pueblo blanco, lejos del mar; pero mientras aquellos partían del lugar, hacia otra nueva...  Los míticos años ochenta continuaban hablando del rey del pop; de Armero y del terremoto de Popayán, de la visita del Papa Juan Pablo II a esta olvidada tierra;  de la derogación del estatuto de seguridad del doctor Turbay, de la paloma de la paz de Belisario Betancourt y de la toma y retoma del palacio de justicia; del narcoterrorismo de Pablo Escobar y del premio nobel de literatura a García Márquez;  de la perestroika de Gorbachov  y de la caída del muro de Berlín; del proyecto guerra de las galaxias de Ronald Reagan y porque no, de la olla de oro vacía de un viejo ex-policía borracho y de un duende desaparecido...

FIN
    
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[1] En la década de los noventa se descubrió, tal como lo había pronosticado don Salvador diez años atrás, que los perros callejeros o criollos son los únicos que guardan genes de los perros precolombinos... Santiago Castroviejo, profesor de biología en Universidad de los Andes, descubrió que a diferencia de que se creía que los perros precolombinos estaban totalmente extintos, todavía sobreviven sus características genéticas en los perros “criollos” o callejeros. [...] Todo inició en el año de 1997 cuando los científicos Jennifer Leonard y Carles Vilá, profesores de Castroviejo en Suecia, descubrieron restos fósiles en Alaska de perros que eran genéticamente distintos a los de origen Indoeuropeo. Estos canes americanos llegaron con grupos de humanos que cruzaron el estrecho de Bering hace 15 mil a 25mil años. (Elespectador.com).