sábado, 28 de mayo de 2016

EL TOREO EN EL ASADOR


1.

¿La tauromaquia será como se dice un duelo apoteósico entre hombre y el toro, o una lucha desigual entre la bestia humana y el pobre animal arrojado a la arena?
¿Pero quien que come bistec, churrasco argentino o sobre-barriga a la criolla, tiene derecho a opinar sobre tal fenómeno?

2.

 Al menos en la plaza, el toro de lidia tiene el derecho u oportunidad de matar a su enemigo; en cambio, en los camiones, las pobres vacas se mueren de sed, mientras los transportadores vacían agua en el radiador o en las carrocerías de sus vehículos; entre tanto, para controlarlas en su desesperado intento por beber, las someten a tábano, al sacar sus agrestes lenguas entre los barrotes de madera de las lastimeras y sucias carrocerías, por llevar algo de líquido a sus deshidratadas bocas.   

Lo cierto es que son más humilladas que el mismo toro detrás del capote…
Una corrida, máximo, durará dos horas, de las cuales cada toro, peleará unos cuantos minutos antes de morir o matar a su enemigo.
Las pobres vacas en cambio, soportan horas enteras entre la salida de la ganadería y la llegada al matadero.
Final e Igualmente toros de lidia, bueyes y vacas morirán, los primeros por el fino estoque del matador y los otros, por el vulgar cuchillo del matarife…
Sin embargo, como se dijo al principio, a diferencia de los dos últimos, el toro de lidia tiene la posibilidad de matar, de vengarse de su verdugo, de destruir a su enemigo; a diferencia de las pobres vacas que no les queda más que seguir inevitablemente su miserable destino.
Ahora bien, en cuanto a la fiesta brava, lo que yo no comparto es que se mate al toro por matar al torero, debería de respetársele la vida como ganador del combate que es y de entregársele las orejas del torero, obviamente, no al toro, pues sería irracional, pero a sí al público que asiste a tan macabro espectáculo, claro, en nombre del vencedor del tercio…

3.

En síntesis, amo la carne asada como a los animales. Volverme vegetariano seguro no lo haré, me conozco y eso creo…
Sin embargo, confieso que me gusta la tauromaquia pero sólo cuando el toro mata al torero…
Por otro lado, creo que ya es hora de que la ingeniería genética produzca carne a partir de células madres, con ello evitaremos el sufrimiento de los animales, la continuación de la buena gastronomía y el fin del toreo, pues que razón tendría la fiesta brava al no tener justificación alguna… si es que alguna vez la ha tenido…



Félix M. de Óç.


Imagen de internet

                   

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