sábado, 2 de octubre de 2010

EL PECADO ORIGINAL Y LA CAÍDA



EL PECADO ORIGINAL


“Gracias a Jesucristo que recordamos que somos hijos de Dios, hermanos de los hombres y enemigos de Satanás”[1].

Hermanos en la Luz de Dios. Tengo para vosotros hoy dos noticias, una buena y halagadora y otra pésima y destructiva. Empecemos pues por la última: Sabéis hermanos, que todos nosotros desde antes del origen de la creación conceptual, o sea, poco después de la creación del hombre por Dios[2], hace más de 65.000.000 mil millones de años. Todos nosotros desde los más “chicos” hasta los más “viejos” desde los vivos hasta los “muertos” e incluso aún, los no “nacidos de madre terrenal”... Co-participamos todos juntos con Adán y Eva en un levantamiento absurdo contra nuestro Dios y señor Jehová y contra su primogénito Jesucristo. Y que pactamos por engaño, tal levantamiento, con la Bestia... “Ante esto, la mujer le dijo a la serpiente: del fruto de los arboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios; no deben comer de él, no deben tocarlo para que no mueran. Ante esto la serpiente le dijo a la mujer: positivamente no morirán. Porque Dios sabe que el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo. Por consiguiente, vio la mujer que el árbol era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de él a su esposo cuando [él estuvo] con ella y él empezó a comerlo. [...]Con eso Jehová Dios le dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? A lo cual respondió la mujer: la serpiente... ella me engañó y así es que comí...”[3] y así es que comimos cada uno de nosotros del fruto prohibido... obnubilados desde adentro por el sonido de tambor hipnótico de la Bestia: que nos hablaba de poder y progreso, y nos hizo creer que éramos el centro de toda creación y que como nosotros los seres humanos no podría haber nada más grande en el paraíso... ¡aún escucho esa maldita voz de amarga trompeta! Ahora bien, Dios alarmado tal vez por nuestra desgracia, pero sabiendo de ante mano su plan, juntó a todo su séquito de estrellas y profirió sentencia: “Y pasó Jehová Dios a decir: Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora para que no alargue la mano y efectivamente tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido... Con eso Jehová Dios lo echó del Jardín de Edén para que cultivase el suelo del cual había sido tomado. De modo que expulsó al hombre y situó al este del jardín de Edén los querubines y la hoja llameante de una espada que daba vueltas continuamente para guardar el camino al árbol de la vida.” [4]. Por ende fuimos arrojados al mundo virtual de leyes físicas y positivas e injusticia total de los Hombres muertos. Creación humana, pero liderada por Satanás.


Ahora bien, como en Daniel se profiere: el ídolo de metal que causaba repugnancia se vino al suelo al estar sustentado por unos pies de barro y hierro que le daban soporte, la humanidad. Y a través de nuestra Hermana y Reina María entró el Cristo a la tierra y puso fin a la bestia... “En lo que respecta a aquella imagen, su cabeza era de buen oro, sus pechos y sus brazos eran de plata, su vientre y sus muslos eran de cobre, sus piernas eran de hierro, sus pies eran en parte de hierro y en parte de barro moldeado. Seguiste mirando hasta que una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra”[5].


Y esta es la buena noticia hermanos, que nos divorciamos del Dragón y nos casamos con Cristo. Y bajo la potestad del Padre Celestial, en unión con Jesús: se reivindicaron nuestras Almas. El cordero pago con su vida por nosotros. Se sacrificó por la humanidad y Dios nos perdonó los pecados, nos conmutó la condena. Así las cosas hermanos, la bestia salió perdiendo. Pues ella se quedará por siempre en este infierno; mientras que nosotros poco a poco iremos saliendo de esta cárcel mundana, de este purgatorio infernal, poco a poco iremos pagando nuestras justas condenas, lentamente devolveremos el precio de nuestra absurda traición. Y no obstante, la recompensa por entregar a Satanás será el cielo. Un nuevo Reino Espiritual con Jesucristo a la cabeza. “Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo nunca será pasado a otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y el mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”[6].


Hermanos míos, de verdad que ocupamos el lugar más bajo de la rebelión; y sin embargo fuimos el caballo de Troya en la reducción de Satanás. Por la humanidad fue que entró la piedra de fundamento: el Cristo que puso fin a la injusticia... “Jesús les dijo: ¿Nunca leyeron las escrituras: la piedra que los edificadores rechazaron es la que ha venido a ser la principal piedra angular. De parte de Jehová ha venido a ser esto, y es maravilloso a nuestros ojos? Es por eso que les digo: El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos. También, el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos. En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga, lo pulverizará.” (Mateo 21, 42-44).


Por eso hermanos nunca digamos que Dios ha sido injusto con la humanidad. Y que los males en la tierra son causa de Él. Los inicuos fuimos nosotros que nos apartamos del Altísimo, por querer ser libres, grandes y maravillosos, y sólo terminamos siendo egoístas, antropocéntricos e injustos, divididos como “nosferatum” en la tierra; y lo peor, esclavos de Satanás.


Hermanos: Nuestro verdadero poder está en Dios y en Jesucristo, solamente a través de Él podremos estar en Espíritu Santo. Solamente a su lado seremos libres, grandes y maravillosos... “¡Despierta, despierta, ponte tu fuerza, oh Sion! ¡Ponte tus hermosas prendas de vestir, oh Jerusalén, la ciudad santa! Porque ya no volverá a entrar en ti el incircunciso e inmundo. [...] Porque esto es lo que ha dicho Jehová: fue por nada que ustedes fueron vendidos y será sin dinero que serán recomprados.”[7].

Félix María de Óç.



[1] Palabras inspiradas al Hermano Riguel.
[2] “Y procedió Dios a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó”. (Génesis 1, 27).

[3] Génesis 3, 2-6.
[4] Génesis 3, 22-24
[5] Daniel 2, 32-35
[6] Daniel 2, 44
[7] Isaías 52, 1y 3
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