jueves, 6 de enero de 2011

CARGAR LA CRUZ



CARGAR LA CRUZ 1.


“Y cualquiera que no acepta su madero de tormento y sigue en pos de mí no es digno de mí”[1].


Hermanos en la luz de Dios: El hombre fue arrojado al mundo para purificarse luego de su transgresión a la Libertad, luego de pisotear la responsabilidad que implicaba el libre albedrio otorgado por el creador. Fue reducido a sujeto-objeto de Leyes mundanas y luciferinas. De la Vida Involucionó a la muerte. No obstante, el Deber como códice del yus natural y positivo le sirve de holocausto de ofrenda para su Alma... pues él mismo eligió el camino de la ley, del vericueto de la depuración con fuego y azufre. “... Cierto hombre tenía dos hijos. Y el más joven de ellos dijo a su Padre: Padre, dame la parte que me corresponde de la hacienda. Entonces él les dividió su medio de vivir. Más tarde, no muchos días después, el hijo más joven juntó todas las cosas y viajó al extranjero a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo una vida disoluta”[2]. El hombre creyó en el vil engaño del materialismo, en el poder y el honor, los vicios y la guerra... todos principios satánicos de la gran celada conceptual, del averno de llamas, del escabel de los pies de Jehová, de la ira de Dios... de su sombra... principado de su hijo, el apostata Lucifer... el malvado conspirador, la bestia, el vampiro, el reducido a Dragón de fuego y azufre. “¡Oh cómo has caído del cielo, tú el resplandeciente, hijo del alba! ¡Cómo has sido cortado a tierra, tú que estabas incapacitando a las naciones!”[3] Y sin embargo, “no te regocijes, oh filistea, ninguno de ustedes, simplemente porque ha sido roto el palo del que te golpeaba. Porque de la raíz de la serpiente saldrá una culebra venenosa, y su fruto será una culebra ardiente voladora”[4]: Satanás y su reino... el mundo conceptual del hombre... El camino al Gólgota y la cruz de tormento. Pues al hijo de la oscuridad y a sus demonios, se les dio la cárcel como reino... mas “¡Ay del mundo por motivo de los tropiezos! Pues, forzosamente tienen que venir los tropiezos, mas ¡ay del hombre por medio de quien viene el tropiezo!”[5] ¡Ay de ti Satanás... que heredaste el imperio de la Cabra y no pudiste de ninguna manera sostenerlo... con él te hundiste en tus pecados y ahora eres muerte en el infierno! No obstante, si hubo muerte eterna para ti, habrá también redención para el hombre... Y el Hijo de Dios se entregó en sacrificio por nosotros... estableció el imperio celestial del Cordero y trajo la luz y la gnosis... entonces el hombre “cuando recobró el juicio, dijo: ¡Cuantos asalariados de mi Padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí perezco de hambre! Me levantaré y haré el viaje a mi Padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados”[6]. Y así, el Alma trasciende tras depurarse en el continuo fuego de la desesperación: los infinitos cuerpos mueren calcinados en el holocausto del mundo... y se elevan en humo de ofrenda hasta agradar a Dios... Y el hijo prodigo pasó a decir a su Padre, tal cual como se lo había propuesto en su corazón... “Pero el Padre dijo a sus esclavos: ¡Pronto! Saquen una ropa larga, la mejor, y vístanlo con ella, y pónganle un anillo en la mano y sandalias en los pies y traigan el torillo cebado, degüéllenlo y comamos y gocemos. Porque este mi hijo estaba muerto pero ha vuelto ha vivir; estaba perdido pero ha sido hallado. Y comenzaron a gozar”[7].


En conclusión hermanos, cargar la cruz es motivo de fe en Dios y de amor para con nosotros mismos, pues por cada experiencia crecemos en santidad y alcanzamos la gnosis que nos retorna al Padre.


2.


“Pero Jesús les contestó, diciendo: ha llegado la hora para que el hijo del hombre sea glorificado. Muy verdaderamente les digo: a menos que el grano caiga en la tierra y muera, permanece solo [grano]; pero si muere, entonces lleva mucho fruto”[8]. Hermanos en la luz de Dios: las distintas experiencias de los infinitos cuerpos, en cada universo físico, se hacen una sola unidad en el Alma del ser. Ésta evoluciona trascendentalmente hasta recuperar la libertad perdida y continuar en el retorno dialéctico hacia Dios... en una perpetua evolución de Amor, Fe y Gnosis. El Alma alcanza el estado angelical de libertad a cambio de la consumación del cuerpo físico en ofrenda. Cada posibilidad y experiencia incrementan dicha libertad en el Espíritu santo de Dios; y no obstante, el mundo será un mal necesario para la evolución del ser. “El velo mantenía oculta en un principio la manera cómo Dios gobernaba la creación; pero cuando se rasgue y aparezca lo del interior, quedará desierta esta casa o más bien será destruida. Mas la divinidad en su conjunto no huirá [de] estos lugares (para irse) al Santo de los Santos, pues no podrá unirse con la [luz acrisolada] ni con el Pléroma sin [mancha]. Ella [se refugiará] más bien bajo las alas de la cruz [y bajo sus] brazos. El arca [les] servirá de salvación cuando el diluvio de agua irrumpa sobre ellos. Los que pertenezcan al linaje sacerdotal podrán penetrar en la parte interior del velo con el Sumo Sacerdote. Por eso se rasgó aquél no sólo por la parte superior, pues (si no) sólo se habría abierto para los que estaban arriba; ni tampoco se rasgó únicamente por la parte inferior, pues (si no) sólo se habría mostrado a los que estaban abajo. Sino que se rasgó de arriba abajo. Las cosas de arriba nos quedaron patentes a nosotros que estamos abajo, para que podamos penetrar en lo recóndito de la verdad. Esto es realmente lo apreciable, lo sólido. Pero nosotros hemos de entrar allí a través de debilidades y de símbolos despreciables, pues no tienen valor alguno frente a la gloria perfecta. Hay una gloria por encima de la gloria y un poder por encima del poder. Por eso nos ha sido hecho patente lo perfecto y el secreto de la verdad. Y el Santo de los Santos se (nos) ha manifestado y la cámara nupcial nos ha invitado a entrar. Mientras esto permanece oculto, la maldad está neutralizada, pero no ha sido expulsada de la simiente del Espíritu Santo, (por lo que) ellos siguen siendo esclavos de la maldad. Mas cuando esto se manifieste, entonces se derramará la luz perfecta sobre todos y todos los que se encuentran en ella [recibirán] la unción. Entonces quedarán libres los esclavos y los cautivos serán redimidos”[9]. Félix M. de Óç.


[1] Mateo 10, 38 [2] Lucas 15, 12-14 [3] Isaías 14, 12 [4] Isaías 14, 29 [5] Mateo 18, 7 [6] Lucas 15, 17-19 [7] Lucas 15, 22-24 [8] Juan 12;23,24 [9] Evangelio Gnóstico de Felipe. Verso 125

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