domingo, 20 de septiembre de 2015

ODA A LA NUEVA GNOSIS 15



CANTO DÉCIMO QUINTO

1.

¡Y hubo guerra en la tierra de los vivientes!

Por un lado, asomaba a la vista el Gran Ejército de los Santos de Dios [1] de la región lumínica de Daveithai. Ejercito poderoso y temible que jamás nunca había sido derrotado en batalla, se aprestaba orgulloso para el combate, blandiendo al viento sus espadas de triunfo…

“Cuando levanté los ojos, entonces vi, y, ¡mire!, un carnero parado delante de la corriente de agua, y tenía dos cuernos. Y los dos cuernos eran altos, pero el uno era más alto que el otro, y el más alto fue el que subió después.   Vi al carnero dando cornadas al oeste y al norte y al sur, y ninguna bestia salvaje se mantuvo de pie delante de él, y no había nadie que librara de su mano. E hizo según su voluntad, y se dio grandes ínfulas”. (Daniel)

Y por el otro lado, el enorme ejercito del Eón Lucifer [2], y sus lugartenientes Shemihaza y Jaldabaoz, además de los descendientes de Adán y Eva…

[2] “Y yo, por mi parte, seguí considerando, y, ¡mire!, había un macho de las cabras que venía del poniente sobre la superficie de toda la tierra, y no tocaba la tierra. Y en lo que respecta al macho cabrío, había un cuerno conspicuo entre sus ojos. (Daniel)

2.

El conflicto se desarrollo en los cielos y duro miles de millones de años, pero al final se definió parcialmente a favor de Lucifer [1]… Que por un momento se creyó el dueño y señor de todos los mundos [2]…

[1] “Y siguió viniendo hasta el carnero que poseía los dos cuernos, el cual yo había visto parado delante de la corriente de agua; y vino corriendo hacia él en su poderosa furia. Y lo vi entrar en contacto estrecho con el carnero, y empezó a mostrar amargura hacia él, y procedió a derribar al carnero y a quebrar sus dos cuernos, y resultó que no hubo poder en el carnero para mantenerse firme delante de él. De modo que lo arrojó a la tierra y lo holló, y resultó que el carnero no tuvo quien lo librara de su mano.”  (Daniel)

[2] “Y el macho de las cabras, por su parte, se dio grandes ínfulas hasta el extremo; pero en cuanto se hizo poderoso, el gran cuerno fue quebrado, y procedieron a subir conspicuamente cuatro en lugar de él, hacia los cuatro vientos de los cielos”. (Daniel)

3.

Por un momento la gran alianza prosperó, pero no fue sino hasta que la legión de ángeles se sublevó contra Lucifer y su despotismo. Entonces los siete ángeles, en cabeza de Miguel [1], que habían sido trascendentales en el triunfo contra los Santos de Dios, ahora se enfrentaban contra Lucifer y Shemihaza; pues el oscuro Jaldabaoz [2] por su parte, desertó de la coalición y negoció con Jehová el mantenimiento de su imperio…  a la vez que le declaró la guerra al mismo Lucifer…

[1] “Y de uno de ellos salió otro cuerno, uno pequeño, y siguió haciéndose mucho mayor hacia el sur y hacia el naciente y hacia la Decoración.  Y siguió haciéndose mayor hasta llegar al mismo ejército de los cielos, de modo que hizo que algunos del ejército y algunas de las estrellas cayeran a la tierra, y se puso a hollarlos.  Y hasta llegar al mismo Príncipe del ejército se dio grandes ínfulas, y de él el [rasgo] constante fue quitado, y el lugar establecido de su santuario fue echado abajo.  Y un ejército mismo fue gradualmente entregado, junto con el [rasgo] constante, debido a transgresión; y siguió arrojando la verdad por tierra, y actuó y tuvo éxito”. (Daniel)

[2] “Y en la parte final del reino de ellos, a medida que los transgresores actúen hasta lo completo, se pondrá de pie un rey de fiero semblante y que entenderá dichos ambiguos.  Y su poder tiene que hacerse potente, pero no por su propio poder. Y de manera maravillosa causará ruina, y ciertamente tendrá éxito y obrará con eficacia. Y realmente reducirá a la ruina a poderosos, también al pueblo hecho de [los] santos.  Y según su perspicacia ciertamente también hará que el engaño tenga éxito en su mano. Y en su corazón se dará grandes ínfulas, y durante un [tiempo] libre de cuidados arruinará a muchos. Y contra el Príncipe de príncipes se pondrá de pie, pero será sin mano como será quebrado”. (Daniel)



Félix M. de Óç. 

Imagen de Internet

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