sábado, 26 de septiembre de 2015

ODA A LA NUEVA GNOSIS 26



CANTO VIGÉSIMO SEXTO

1.

Los hombres instigados por Satanás y sus demonios psicológicos [1]  intentaron tomarse el cielo por asalto, presionaron desde su base la caída del imperio celestial [2]…

[1] “Los Arcontes quisieron engañar al hombre, viendo que éste tenía parentesco con los verdaderamente buenos: quitaron el nombre a los que son buenos y se lo dieron a los que no son buenos con el fin de engañarle a través de los nombres y vincularle a los que no son buenos. […] Pues ellos pretendían raptar al que es libre y hacerlo su esclavo para siempre”. (Evangelio gnóstico de Felipe).

[2] Entonces dijeron: “¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre, por temor de que seamos esparcidos por toda la superficie de la tierra”. (Génesis)

   En respuesta Jehová habló así a la Gran Asamblea de Dios:

“A continuación dijo Jehová: “¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr.  ¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro”.  Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco dejaron de edificar la ciudad.  Por eso se le dio el nombre de Babel, porque allí había confundido Jehová el lenguaje de toda la tierra, y de allí los había esparcido Jehová sobre toda la superficie de la tierra”. (Génesis)

“Y Jehová Dios pasó a decir: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora, para que no alargue la mano y efectivamente tome [fruto] también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido...”. […] De modo que expulsó al hombre, y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida”. (Génesis)

2.

A raíz de la hipnosis colectiva en parte y en parte a la propia soberbia e ignorancia humana, los hombres se hundieron cada vez más en el abismo de la muerte, a su vez que despreciaban ingentemente la luz que guía el camino hacia a la vida [1]. De allí, que jehová comenzó a sentir gran repulsión hacia la humanidad [2].

[1] “Hubo aquellos que estuvieron morando en oscuridad y sombra profunda, prisioneros en aflicción y en hierros. Porque se habían portado con rebeldía contra los dichos de Dios; y al consejo del Altísimo le habían mostrado falta de respeto…”  (Salmos)

[2] “Y la cólera de Jehová empezó a arder contra su pueblo, y él llegó a detestar su herencia. Y repetidas veces los dio en mano de las naciones, para que los gobernaran los que los odiaban, y para que sus enemigos los oprimieran, y para que fueran sojuzgados bajo la mano de ellos”.  (Salmos)




Félix M. de Óç. 


Imagen de internet

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