lunes, 28 de septiembre de 2015

ODA A LA NUEVA GNOSIS 29



CANTO VIGÉSIMO NOVENO

1.

De la Gran Asamblea de Dios, del juicio resultó la reivindicación de poder a favor de los Santos de Daveithai [1] y la condena a sus enemigos. No obstante, ante Jehová de los ejércitos se presentó el vástago de la humanidad Jesucristo [3], y se ofreció como abogado defensor [3] y salvador de los hombres (destinados a ser la Gran Hermandad del Cordero); contrariamente, Satanás como enemigo y secuestrador de los humanos, había optado por convertirse en su ente acusador [4].

[1] “Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos”.  (Daniel)

[2] “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel.  Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. (Daniel)

[3] Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan un pecado. Y no obstante, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo.  Y él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. (Primera de Juan)
[4] “Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios!” (Revelación)

Y procedió a mostrarme a Josué el sumo sacerdote de pie delante del ángel de Jehová, y a Satanás de pie a su derecha para presentarle resistencia. (Zacarías)

2.

Cuando Jesucristo tomó cuerpo físico y descendió de los cielos [1] (del universo psíquico-espiritual en el futuro del tiempo) al reino de Satanás [2] (el universo físico en el pasado del tiempo), trajo consigo a los hombres el mensaje de ser perfectos como el padre es perfecto [3]; o sea, la invitación a ser dioses en el futuro de la creación…  Por eso vino a rescatar a los del antes de Cristo, salvar a los del después y redimir a sus coetáneos [4]… 

[1] Con respecto al mundo físico Jesús dijo:
“… “Mi reino no es parte de este mundo”. (Juan)

“Porque lo que es verdaderamente bueno jamás será parte de este mundo. Desdeñad, pues, la muerte, mas amad la vida. Recordad mi cruz y mi muerte, y viviréis”.   (Libro secreto de Jaime)

 [2] “…entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios”. (Segunda de Corintios)

[3] “Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. (Mateo)

 [4] “Cristo vino para rescatar a algunos, para salvar a otros y redimir a otros. Él rescató a los foráneos y los hizo suyos. Él segregó a los suyos, pignorándolos según su voluntad. No sólo al manifestarse se desprendió del alma cuando le plugo, sino que desde el día mismo en que el mundo tuvo su origen, la mantuvo depuesta. Cuando quiso vino a recuperarla, ya que ésta había sido (previamente) pignorada: había caído en manos de ladrones y había sido hecha prisionera. Pero Él la liberó, rescatando a los buenos que había en el mundo y (también) a los malos”. (Evangelio gnóstico de Felipe).

3.

Jesucristo

Jesucristo el hijo del hombre y el hijo de Dios, descendiente de David en el pasado del mundo y ascendiente de David en el futuro de la creación…

“Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y para siempre”. (Hebreos)
“Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. […]  “Yo, Jesús, envié a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas para las congregaciones. Yo soy la raíz y la prole de David, y la brillante estrella de la mañana”. (Revelación)

4.

El Padre Celestial, la Madre Celestial y el Hijo Celestial son un mismo ser, humanos en su origen y dioses al final del fin; no obstante, ante el Padre el Hijo se ofreció como salvador de los hombres y de los dioses y fue arrojado al pasado del mundo, para regresar con poder y gran gloria…

“Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas,  al fin de estos días nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas, y mediante el cual hizo los sistemas de cosas.  Él es el reflejo de [su] gloria y la representación exacta de su mismo ser, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder; y después de haber hecho una purificación por nuestros pecados se sentó a la diestra de la Majestad en lugares encumbrados.  De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles, al grado que ha heredado un nombre más admirable que el de ellos.  […] pero contemplamos a Jesús, que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo [hombre].  Porque le fue propio a aquel por cuya causa todas las cosas son y mediante el cual todas las cosas son, al llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar mediante sufrimientos al Agente Principal de su salvación.  Porque tanto el que está santificando como los que están siendo santificados, todos [emanan] de uno solo, y por esta causa él no se avergüenza de llamarlos “hermanos”,  como dice: “Declararé tu nombre a mis hermanos; en medio de [la] congregación te alabaré con canción”.  Y otra vez: “Tendré mi confianza en él”. Y otra vez: “¡Miren! Yo y los hijitos, los cuales Jehová me dio”. Por lo tanto, puesto que los “hijitos” son partícipes de sangre y carne, él también de igual manera participó de las mismas cosas, para que por su muerte redujera a nada al que tiene el medio para causar la muerte, es decir, al Diablo;  y emancipara a todos los que por temor de la muerte estaban sujetos a esclavitud durante toda su vida.  Porque verdaderamente no está prestando ayuda a ángeles de manera alguna, sino que está prestando ayuda a la descendencia de Abrahán.  Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.  Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que están siendo puestos a prueba”. (Hebreos)



Félix M. de Óç. 



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