sábado, 5 de febrero de 2011

A LA MEMORIA DE UN AMOR PROHIBIDO 2



A LA MEMORIA DE UN AMOR PROHIBIDO 2


Por sentirte cerca…
amé el sereno de las noches claras.
Conquisté su silencio,
el sosiego
y la luna.

Pero aún así,
seguí sintiéndote lejos.
Entonces pregunté a mi tristeza:
¿en dónde estabas?
Su respuesta fueron tus manos ancladas en mi cara…
como dos veleros en un muelle triste…

¡Supe que conmigo ya no estabas!

Y me hallaron en duermevela las mañanas siguientes,
encandilado por estrellas lejanas;
mas no así,
a mi locura,
que gozaba aún de tu presencia,
la noche,
el sosiego (…)
y los titilantes visos de las anteriores luminarias,
porque sabía que eras mi soledad para siempre.

Félix M. de Óç.


Imagen de internet

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