viernes, 4 de febrero de 2011

PARA SABER PERDERTE



PARA SABER PERDERTE


Para saber perderte,
sólo seré yo mismo.
Acallado aún más que el silencio.
Divagando en el confín de una esperanza de sombras,
inverosímil.

Paria como la vida del antes de conocerte.
En su ruta sin rumbo,
acercado a la distancia de lo más lejos.
Naufragando en un mar de dolor
y disimulada risa:
marinero inspirado por el agua.

Seré un poema sin estrofas,
versos,
ni rimas;
una existencia hosca
y solitaria,
un errante sin camino…

Seré sólo yo mismo…

Sólo yo mismo después de saber perderte…
pero sin alma,
para lograr asimilar tu desprecio,
atado al vasto crucifijo del olvido.

Y sin más esperanzas que la que guarda el despechado corazón.
Trémulo equipaje atiborrado de recuerdos,
alucinaciones viejas
-Ah maleta,
pretérito confuso,
bártulo encaminado a la desmemoria-

además,
con la sórdida actitud de saberme prescindir,
desampararme cual roca en el camino,
triste preámbulo de lastre ilusorio.
Pero con la sofística ilusión de que todo afán quede hecho trizas,
como la noche
y la luna de un amargado poeta.

Félix M. de Óç.


Imagen de internet

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