viernes, 2 de octubre de 2015

ODA A LA NUEVA GNOSIS 31



CANTO TRIGÉSIMO PRIMERO

1.

Desde el Reino de Barbelo, María Santísima, Madre de Dios y emanación femenina del Padre [1], tomó cuerpo físico [2] con el fin de servir de residencia a su Hijo Jesucristo, a su llegada al mundo.

[1] “Dijo Jesús: «Cuando veáis al que no nació de mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: Él es vuestro padre»”. (Evangelio gnóstico de Tomás)

[2] “Y he aquí que un ángel del señor apareció ante ella y le dijo: “Ana, Ana, el señor ha escuchado y ha atendido tu súplica. Concebirás y darás a luz y se hablará de tu posteridad en toda la tierra”. […] y los meses de Ana se cumplieron, y al noveno dio a luz… Y, transcurridos los días legales, Ana se lavó, dio el pecho a la niña y le dio el nombre de María”. (Protoevangelio de Santiago) 

2.

Tiempo después, Gabriel anunció a María, sobre la venida del salvador [1]. El Padre en la Madre se había manifestado así mismo como Hijo [2]

[1]  “… Gabriel fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea cuyo nombre era Nazaret,  a una virgen que estaba comprometida para casarse con un varón de nombre José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.  Y cuando entró delante de ella, dijo: “Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo”.  Pero ella se turbó profundamente por el dicho, y razonaba sobre qué suerte de saludo sería este.   De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios;   y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús.  Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre,  y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin”.  Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”.   En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”. (Lucas)

[2] “Digamos —si es permitido— un secreto: el Padre del Todo se unió con la virgen que había descendido y un fuego le iluminó aquel día. Él dio a conocer la gran cámara nupcial, y por eso su cuerpo —que tuvo origen aquel día— salió de la cámara nupcial como uno que ha sido engendrado por el esposo y la esposa”. (Evangelio gnóstico de Felipe)

“El Padre puso su morada en el [Hijo] y el Hijo en el Padre: esto es [el] reino de los cielos”. (Evangelio gnóstico de Felipe)

3.

María y Jesús son emanaciones psicogenéticas de Jehová [1]. Una especie de clonación psíquica, pues así como existe una genética que sirve de soporte a los organismos físicos, también existe otra similar que sirve de base a los organismos psíquicos. Es de saber, que si la mínima expresión de vida de un organismo físico es la célula, del organismo psíquico es la “Esencia/Existencia” como “Pensamiento/Lenguaje”, conciencia adquirida o Alma, que es a su vez, un continuo proceso de evolución psíquica de crecimiento exponencial e impajaritable. El ser psíquico es cada vez más ser, como si se multiplicara por sí mismo, cada vez más, al punto de la trascendencia o divinización del ser que es la integración con el todo absoluto, el “Espíritu/Dios”.  De ahí que el hombre y el ángel de alguna forma sean equivalentes y coexistan mutuamente en el continuo espacio-tiempo [2].
      
 [1] “Dijo Jesús: «Dondequiera que hubiese tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o uno, con él estoy yo»”. (Evangelio gnóstico de Tomás)

[2] Ninguno puede ver a nadie de los que son estables de no ser que él mismo se asimile a ellos. Con la verdad no ocurre lo mismo que con el hombre mientras se encuentra en este mundo, que ve el sol sin ser el sol y contempla el cielo y la tierra y todas las demás cosas sin ser ellas mismas. Tú, en cambio, viste algo de aquel lugar y te convertiste en aquellas cosas (que habías visto): viste al espíritu y te hiciste espíritu; [viste a] Cristo y te hiciste Cristo; viste [al Padre] y te harás padre. Por eso tú [aquí] ves todas las cosas y no [te ves] a ti mismo; pero [allí] sí te verás, pues [llegarás a ser] lo que estás viendo. (Evangelio gnóstico de Felipe)

 “Dijo Jesús: «Dichoso aquel que ya existía antes de llegar a ser”. (Evangelio gnóstico de Tomás)

 “Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo»”. (Evangelio gnóstico de Tomás)

 “Dijeron los discípulos a Jesús: «Dinos cómo va a ser nuestro fin». Respondió Jesús: « ¿Es que habéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte»”.  (Evangelio gnóstico de Tomás)

“Dijo Jesús: «Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis»”. (Evangelio gnóstico de Tomás)


Félix M. de Óç.



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