martes, 6 de octubre de 2015

ODA A LA NUEVA GNOSIS 36



CANTO TRIGÉSIMO SEXTO

1.

La desaceleración súper-lumínica en los orígenes del cosmos, arrojó la materia al futuro del tiempo, donde los últimos de la generación perfecta, los predestinados a ser dioses, se retrotrajeron en el tiempo a los primeros días de la creación, para re-crear de nuevo el universo… 

“…los [hombres] elaboran dioses y adoran la obra de sus manos. Sería conveniente que fueran más bien los dioses los que venerasen a los hombres como corresponde a la verdad”. (Evangelio de Felipe)

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo, porque nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en unión con Cristo, así como nos escogió en unión con él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin tacha delante de él en amor. Pues nos predeterminó a la adopción mediante Jesucristo como hijos para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad”. (Efesios) 

2.

La humanidad, en el pasado del tiempo, es la base de la futura generación de imperecederos, razón por la cual, es semilla [1] que se debe cuidar. Sin embargo, al dragón no le interesa eso, sino todo lo contrario, o sea, que no exista más, que perezca o que se hunda entre cadenas, como una simiente de esclavos. Para ello, Satanás ha elaborado todo un sistema de confusión psíquica [2], llevando al hombre a guerras fratricidas, a cometer homicidios, suicidios, y toda clase de vejámenes contra sus propios congéneres. De allí, que su misión sea detener todo progreso espiritual de la humanidad e impedir su sacrosanto matrimonio con Dios. No obstante, Jesucristo ha contrarrestado para siempre al enemigo [3].

[1] “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;   la cual es, de hecho, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hallan albergue entre sus ramas”. (Mateo)

[2] “Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno”. (Primera de Juan)

“…ya que Dios quizás les dé arrepentimiento que conduzca a un conocimiento exacto de la verdad,  y recobren el juicio fuera del lazo del Diablo, ya que han sido pescados vivos por él para la voluntad de ese”. (Segunda de Timoteo)

 [3] “El sembrador de la semilla excelente es el Hijo del hombre;   el campo es el mundo; en cuanto a la semilla excelente, estos son los hijos del reino; pero la mala hierba son los hijos del inicuo,  y el enemigo que la sembró es el Diablo. La siega es una conclusión de un sistema de cosas, y los segadores son los ángeles.   De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas.  El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero,  y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes.  En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, escuche”. (Mateo)
  
“[...] "Este es el Hijo del Hombre, que posee la justicia y con quien vive la justicia y que revelará todos los tesoros ocultos, porque el Señor de los espíritus lo ha escogido y tiene como destino la mayor dignidad ante el Señor de los espíritus, justamente y por siempre”.  (Libro de Enoc)

“No améis al mundo ni a las cosas del mundo, porque el orgullo del mundo es propio del diablo con su corrupción. Recordad que el Señor de la gloria, que ha creado todo, tuvo compasión de vosotros, para salvarnos de la esclavitud de esta época. Frecuentemente, el diablo ha deseado hacer que el sol deje de brillar sobre la tierra y que la tierra deje de producir frutos. Desea consumir a los humanos, como el fuego que corre por el rastrojo, quiere tragarlos como agua. Esto es porque el Dios de la gloria tuvo misericordia de nosotros y Él envió a su Hijo al mundo para que nos salvara del cautiverio. El no le advirtió esto a ningún ángel, arcángel ni potestad, sino se transformó en hombre cuando Él vino a nosotros para salvarnos. Por ello sois sus hijos así como Él es vuestro Padre”.  (Apocalipsis de Elías) 




Félix M. de Óç.   



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