domingo, 27 de junio de 2010

POTENCIA, DINÁMICA Y MANIFESTACIÓN



POTENCIA, DINÁMICA Y MANIFESTACIÓN


HERMANO MOHAMED
Lealtad y coraje



1. Cuan injusto es nadar contra corriente, si igual la marejada se compone de circunstancias aleatorias y nuestra pobre voluntad a duras penas la resiste. Pero así es la vida. Y pensar, que la forma tan sólo sea fenómeno de una substancia un poco más “perfecta” o al menos más estable. Y así para todo, incluido el que te escribe.
Substancia, relación esencial y fenómeno igual potencia, dinámica y manifestación. O sea, el mundo substancial a través del mundo fenoménico pasando por la relación que les combina. En otras palabras Zeus en Poseidón por Hades, o mejor por el Olimpo.
Entonces Mohamed, cada acto, cada sujeto y cada cosa se definen como fenómeno e igual les implica una substancia. Sin embargo, tal substancia no va más allá de la materia, el espacio y el tiempo, así como cada fenómeno se reduce a energía, discontinuidad y susceptibilidad de cambio.
Mas sin embargo: ¿acaso la diferencia fundamental entre substancia, esencia y formas fenoménicas sea el asidero interpretativo de cada una? Tanto así que Zeus existencial y Hades inexistente se intuyen y comprenden, intertanto, que el Poseidón fenoménico se aprecia y entiende ¿Será acaso que Mercurio por Minerva razona del azulado olímpico y el mismo Hermes por Apolo intuye al crónida, sino que además también, da muestras de fe por el indeseado invisible?
Creedme Mohamed, que razón y sensibilidad como facultades psíquicas del hombre, se manifiestan a través de la diosa de la ciencia y por Mercurio, cual estafetas divino, como emoción, intuición y fe lo hacen por Apolo y Hermes. En otras palabras, todo se reduce a interpretación y a la cosa interpretada.
Aúnale a lo anterior, poeta, que si la emoción conduce efectivamente al placer puede convertirse en criterio de verdad y por lo tanto, en fundamento de conocimiento.
2. Aparentemente la continuidad en las formas nos da la impresión de permanencia; no obstante, la intuición del cambio en ellas me lleva a replantearme el dogma de la continuidad y vislumbrar como real el aspecto del devenir en el mundo: o sea, el dejar de ser, para ser de la forma, la parte con respecto del algo en cuanto a la discontinuidad y la materia en movimiento en cuanto a la energía. En otras palabras todo cambia al exterior de la cosa; sin embargo e innegablemente el ser en la cosa permanece, la esencia impajaritable del objeto se reivindica en el ser.

Supervivencia y lúdica
Félix M. de Óç.

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