jueves, 24 de junio de 2010

SEGUNDA CARTA ARKHEISTA

SEGUNDA CARTA A LOS HERMANOS DE ARKHER








Hermanos de ARKHER
Lealtad y coraje

Comprendamos el esquema anterior de la siguiente manera: las líneas rectas y los puntos suspensivos simbolizan el ser del universo, el Hilecronotopo (materia-espacio-tiempo en reposo), la substancia inmodificable, el esfero de Parménides, el reino de Zeus existencial; la distorsión significa la esencia, la REIF (relación de existencia, inexistencia y fenómenos), o sea, materia espacio temporal o masa en movimiento micro caótica, lo cual implica la nada en el ser (el nihil absoluto, el inframundo del Hades) y su manifestación fenoménica extrínseca: la Hilecinética (energía, discontinua, susceptible de cambio), el devenir de Heráclito, aquellas formas cambiantes y en macro orden aparente, cuya esencia le fundamenta en el cosmos (reino azulado de Poseidón).
La dirección del tiempo como posibilidad de transformación en el intercambio de energía entre formas discontinuas, dicen de la aparente Historia que tan sólo el universo se mueve, transmuta de una forma a otra en aleatoria situación, pero es, existe, marcada como verdad irrefutable y teleológica, gracias a la facultad psíquica de memoria colectiva de la especie humana que la sustenta. Pues vamos desde el Big-Bang o año cero, en un viaje del pasado al presente, de otros quince mil millones de años, hasta el homo sapiens actual y seguramente lleguemos a la muerte gélida del universo en un futuro lejano. Sin embargo, el periplo no dice más que “dejar de ser, para ser” es la realidad dinámica del tiempo y por consiguiente del espacio y la materia. Esto no quiere decir que el tiempo transcurra en una sola dirección, pues las posibilidades direccionales del tiempo han de ser infinitas como el tiempo mismo.
En cuanto al sistema termodinámico, el primer principio deja en claro la existencia de la substancia del ser solamente para lo que existe, o sea la forma presente, en tanto que la entropía se predica de la forma inexistente, o sea, del pasado y del futuro de la misma. A el Nihil Absoluto le alberga la esencia y por consiguiente el fenómeno en general. El ser simplemente se sustenta como existencia que es.
En conclusión, el ser y la nada justifican los dos principios termodinámicos del sistema. La historia no existe salvo para sustentar el tiempo a causa de la consciencia, pero, posiblemente si exista; y finalmente, la exposición simbólica del ser, la nada y el devenir o sea, la substancia, la esencia y los fenómenos resultan del concepto de frecuencia ondular de la energía (valles y crestas en la gráfica).
Supervivencia y lúdica

Félix M. de Óç.

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