miércoles, 7 de julio de 2010

LÍRICA, POÉTICA, POESÍA, PROSAICA Y ANTIPOESÍA

LÍRICA, POÉTICA, POESÍA, PROSAICA Y ANTIPOESÍA

Hermano: Abdul Halic Mohamed ibn Silva
Lealtad y coraje


Para hallar la diferencia filosófica entre los preceptos de poema y poesía, partamos del concepto de lírica-poética como género literario, o sea, continente y legislación a la vez. Dos caras de una misma moneda, enfatizando la lírica como género en sí, no obstante, la poética, como normatividad que permite el desarrollo del género anterior.
Encontrada la causa de deducción, poema sería todo escrito en verso independientemente de su extensión; mientras que poesía sería el numen de la obra, esencia de belleza literaria que estriba en el fondo mismo del escrito. Por lo tanto, la poesía se predica del trasfondo de la obra y el poema de la forma versificada y permitida por la poética. En otras palabras, el poema es el escrito en concreto, entre tanto, que la poesía se deriva de éste en abstracto, pero solamente a los ojos del crítico literario o del lector.
Bien podría decirse entonces que no todo poema encierra poesía y en consecuencia, que puede haber poesía más allá del poema como por ejemplo, en la prosa poética de Simón Bolívar, un cuadro de Monet, una escultura perfecta de Miguel Ángel o la "Constitución Política Colombiana de 1991". Universalidad. En este punto la poesía se libera de todo género literario y se encausa en las alas de la belleza: armonía, luz y proporción. Como dijimos, toma un significado universal. “Podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía” alguna vez reseñó o mejor, versificó Gustavo Adolfo Bécquer.
Sin embargo, puede ocurrir entonces que el cuerpo letrado e inerte, abandonado por el espíritu ecuménico de la poesía, se llene de otras sustancias menos dulces y más amargas como pueden ser la prosaica y la antipoesía. Lo feo. Posesión lírico demoniaca como pueden ser mis poemas: “Apoteosis equino” y “Amor objetivo” de neto talante subjetivista, inclusive autobiográfico; o también la antipoesía del chileno Nicanor Parra, de corte social, crítica de la sociedad de consumo y abiertamente antipolítica. Bellísima. (El burro siempre adelante, pensarás).
En conclusión, la poesía puede ser el alma del poema, mas el poema no necesariamente su cárcel. La prosaica y la antipoesía los demonios que rondan el continente lírico en busca de posesión escrita. Y la poética, a toda luz, la ley hecha para violarla, pues de lo contrario no hubiese habido poetas contemporáneos. Ojo con el simbolismo maniqueo.

Supervivencia y lúdica
Félix M. de Óç.

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